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domingo, enero 08, 2006

Un mundo feliz

Ha caído en mis manos, benditas sean las ofertas de lanzamiento de los coleccionables, un ejemplar de Un mundo feliz de Aldous Huxley. Libro que leí hace muchos años, pero que hasta ahora no había adquirido. ¿Lo saqué de la biblioteca? Lo dudo. ¿Me lo prestó alguien? Seguramente.

La cuestión es que ahora me han entrado ganas de releérmelo, pero como yo soy muy disciplinado para mis cosas, me las aguanto y lo pongo en la lista de Pendientes. Justo detrás de La montaña mágica de Thomas Mann, que tiene que ser del estilo de El señor de los anillos (por lo de "mágica", cuñao).

Y bueno, lo que realmente me llamó la atención de Un mundo feliz es que yo, debo ser de los raritos, realmente soy de la opinión que ése sería, efectivamente, un mundo feliz.

Es decir, está claro que conociendo la estructura de esa sociedad desde fuera, desde la perspectiva del que lee el libro, no es un mundo feliz y no se podría tolerar. El "espíritu" humano se revelaría inevitablemente.

Pero desde el punto de vista del que vive integrado en esa sociedad, en la ignorancia de que hay gente que vive por encima ellos, pensando que su estatus es el mejor de los estatus posibles..., desde ese punto de vista sí que tiene que ser un mundo feliz. Yo lo veo así.

De hecho eso es exactamente lo que quiere hacer la oligarquía actualmente dominante: convencernos de que el mundo capitalista es el mejor de los mundos posibles, de que con él llega el fin de la historia y esas cosas. Y lástima que no puedan, o no sepan, hacerlo de manera más convincente, porque si fueran más eficientes en su tarea ahora podríamos ser todos felices.

La Felicidad es la Alienación Absoluta.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

vaya fantochada sobre la alienacion...

sabes? me parece muy peligroso hablar de ignorancia, "sr desalienado"

¿es esa su verdad absoluta?

X.

vladimiro dijo...

Bueno, fantochada o no sigo pensando que la felicidad es directamente proporcional al grado de ignorancia (consciente o inconsciente) del mundo que nos rodea.

Y no le veo ningún peligro a hablar de nada, y menos de la ignorancia, tema central del libro al que he hecho referencia.

Claro que si el propósito es insultar ya es otra historia.

Sr. Desalienado.