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miércoles, septiembre 27, 2006

Well, the past is gone, I know that

Flores Rotas es una de las mejores películas que he visto últimamente. Dirigida por Jim Jarmusch -director de, entre otras, Coffee & Cigarettes- es una pequeña joya de cine independiente. El magnífico actor, e icono de toda una generación, que es Bill Murray la protagoniza tras los fiascos de la aburridísima Life Aquatic y de la anodina Lost In Translation -de la más que sobrevalorada Sofia Coppola-. Curiosamente hace un papel muy similar al que interpretaba en esta última, lo que se reflejaba en las críticas que leí antes de verla y que me cargaron de prejuicios haciéndome pensar que sería otro plomo al estilo de los de la hijísima del maestro Coppola. Sin embargo nada más lejos de la realidad, aun teniendo al mismo actor en un papel similar y desarollándose también con un ritmo de lo más pausado, ahí es donde acaban todas las posibles similitudes con Lost In Translation. Broken Flowers es una película con, en mi opinión, mucha miga y cargada de un simbolismo que ya quisiera la Coppola para sí.

Bill Murray interpreta a Don Johnston, un donjuán caduco al que su última novia abandona nada más empezar la película. La pose del protagonista, de una resignada indiferencia en el centro de la soledad, se ve perturbada por una misteriosa carta en la que una remitente anónima le anuncia que tiene un hijo suyo. Empujado por su vecino, Don emprende un viaje por su pasado sentimental en busca de la misteriosa remitente y su posible hijo. Si la búsqueda da o no frutos, sean los que sean, es algo que queda a la interpretación del espectador. Pero a mi entender es solo un pretexto para narrar la odisea de un hombre que vuelve sobre sus pasos para descubrir, como él mismo dice en un momento de la película, que "el pasado pasado está".

Como he dicho antes, todo en esta película está cargado de simbolismo, desde la elección de los nombres -"Don Johnston" hace referencia clara a Don Juan, además de ser una especie de chiste con el protagonista de Miami Vice; y, por ejemplo, la hija adolescente de una de las ex novias se llama Lolita-, hasta el orden en que va visitando a sus amantes y las reacciones de estas hacia él, como si cada una representara un grado de separación mayor que el anterior. La película de alguna manera nos invita a reflexionar cuán cerca o lejos -metafórica y quizá también metafísicamente hablando-, estamos de aquellas personas que han pasado por nuestras vidas.

Bill Murray está genial en su papel, con esa carga dramática que tienen todos los cómicos y que, en el caso de nuestro cazafantasma favorito, es mucho más profunda que en cualquier otro. Nadie más podría transmitir con unos pocos gestos, y muchas menos palabras, los sentimientos de desolación y a la vez resignación que caracterizan al personaje de Don. Y también las secundarias son -y están- de lujo, sobre todo Sharon Stone, Jessica Lange y Julie Delpy -de esta última soy fan absoluto desde que vi las películas Antes del Amanecer y Antes del Atardecer-.

En definitiva, pequeña gran sorpresa que rehabilita completamente a Bill Murray y lo rescata del pozo en que, en mi modesta opinión, lo sumió Sofia Coppola. Muy recomendable.

lunes, septiembre 11, 2006

Triste Alatriste

Lamentable la adaptación al cine de las Aventuras del Capitán Alatriste del escritor, e ínclito cartagenero, Arturo Pérez-Reverte. La tan promocionada superproducción española, la película más cara de la historia de nuestro cine, como no podía ser de otra manera a acabado siendo un fiasco y un desperdicio de recursos, actores y, por qué no decirlo, también de lo bueno que podían tener los libros.

Hace años que me leí los primeros de la saga y reconozco me que resultaron interesantes. El retrato que hace el escritor de la época a través de las aventuras y desventuras del protagonista es excelente. Y el personaje de Diego Alatriste está muy bien caracterizado con esa pose resignada y amarga de hombre de pocas palabras que sobrevive como puede en el tiempo que le ha tocado vivir, a caballo entre la miseria de la guerra y la miseria del Madrid del siglo XVII. Sin embargo también es verdad que acabé un poco harto de tanto "pardiez" y tanto "voto a Dios", el estilo de Pérez-Reverte puede llegar a cansar por pedante, y eso es lo que me pasó a mí, que abandoné dicha saga dejándome sin leer los últimos libros editados.

El gran fallo de la película es intentar abarcar todos esos libros en poco más de dos horas de metraje, lo que la convierte en una sucesión de situaciones inconexas, sin apenas transición entre ellas, en muchos momentos sin sentido para el espectador. El guión es terríblemente malo. No se puede condensar tanto en tan poco tiempo sin que el resultado sea una sucesión de episodios en vez de una película coherente, con un hilo argumental que enganche y emocione al espectador.

Creo que a Agustín Díaz Yanes, director y guionista, le ha faltado valor a la hora de llevar los libros a la gran pantalla. Valor para plantarse ante el autor, y quizá los productores, y hacer una verdadera adaptación de la novela, cogiendo los elementos necesarios de ésta y adecuándolos a lo que el formato cinematográfico requiere para conseguir un resultado decente. En vez de eso ha trasladado literalmente las novelas al guión, algo muy loable si de lo que se trata es de ser fiel al original, pero nefasto si el objetivo fuera hacer una película de cine que cuente una historia con ritmo.

Para ser sincero he de decir que la película no empieza mal, de hecho el principio me pareció interesante y prometedor, ilusión que se desvaneció conforme fueron sucediéndose los episodios que, uno tras otro, hacían descender el interés y me distanciaban cada vez más de lo que estaba pasando en la pantalla. A la hora de proyección ya tienes claro que la película es aburrida con ella sola, pero lo más curioso es que casi a la mitad del film hay un final -yo creo que todo el cine pensó como yo, que la película se acababa en ese momento-, pero no, después de eso aún dura un buen rato más, un rato innecesario e interminable. Lo dicho: un pésimo guión.

En cuanto al resto, los actores y demás no está del todo mal. Viggo Mortensen es un Alatriste perfecto y me parece una excelente elección salvo por una cosa: han cometido el tremendo error de no doblarle la voz y, sinceramente, en mi opinión es del género tonto gastarse tantos millones en una ambientación realista de la época para que luego el protagonista tenga acento guiri. El resto de actores más o menos todos bien, normalitos; bien caracterizados, algunos bastante desaprovechados y otros es que no pegaban ni con cola, pero bueno, eso es lo de menos. Lo mejor: Echanove haciendo de Quevedo.

Está claro que los dineros que ha costado la producción han ido a parar directamente a la ambientación y a la fotografía, que son ambas realmente buenas, y si las comparamos con lo que solemos hacer en este país me atrevería a decir excelentes. Aunque también hay algún que otro momento en que se nota lo cutre de los decorados. En cualquier caso, cuando lo que más se alaba de una película es la fotografía es porque el resto no vale un duro.

Una vez más tanta promoción sólo puede significar una cosa: que hay que conseguir que vayan a verla las primeras semanas el máximo de gente, porque en cuanto se corra el boca a boca no va a ir a verla ni Dios de lo mala que es.