Escuchando...

lunes, noviembre 26, 2007

Going to a Rufus concert

Tremendo el concierto de Rufus Wainwright en el Festival de Jazz de Cartagena el pasado 9 de noviembre. No tengo palabras. Pero que no cunda el pánico, intentaré encontrarlas. De hecho llevo días queriendo escribir sobre ello pero necesitaba tener un hueco lo suficientemente relajado como para concentrarme, porque de Rufus, claro, no se puede escribir de cualquier manera.

Llevo años escuchando su música, sobre todo los discos Want One y Want Two -que siempre me parecieron tan excesivos como maravillosos-, pero cuando realmente lo flipé fue con su último disco, Release The Stars -producido por Neil Tennant, de los Pet Shop Boys-, y su peloscomoescarpiador primer single Going To A Town. Así que en cuanto me enteré de que actuaba cerca corrí a comprar las entradas -30 euros y aún así acabé en última fila-.

El concierto lo comenzó precisamente con el tema que da título al disco que venía a presentarnos, y que fue toda una declaración de intenciones de por dónde iba a ir la cosa. Una vez colocada la banda Rufus apareció vestido con un traje chaqueta-pantalón rosa a rayas blancas verticales, y comenzó a cantar con esa voz incomparable que tiene acompañado de, además de los músicos, una bola de espejos que descendió sobre él para darle a la actuación más glamour si cabe. Tras este tema se sentó al piano y siguió directamente con el anteriormente mencionado Going To A Town, la que es una de mis favoritas y no pude evitar pensar que si se despachaba esa al principio el resto del concierto igual iba a ser más flojo. No pude estar más equivocado.

Una de las dudas que me rondaban por la cabeza mientras iba de camino era cómo iba a estar configurada la banda para interpretar en directo las barrocas orquestaciones de sus discos. Lo cierto es que, aún siendo amplia, vi una configuración más reducida de lo que esperaba. La verdad es que no me imaginaba cómo con un batería, un bajo y contrabajo, dos guitarristas y tres músicos a los vientos -además del piano de cola y la ocasional guitarra acústica y española de Rufus-, y sin ninguna cuerda, iban a poder tan siquiera acercarse al sonido del disco. Pero sí, lo cierto es que los vientos suplían perfectamente a las cuerdas y el sonido era tan genial y grandioso como era de esperar.

Además el nivel musical de la banda era tremendo. No sólo eran buenísimos cada uno en lo suyo, sino que algunos cambiaban según la canción de instrumentos de forma que uno de ellos lo mismo tocaba el saxofón, que la guitarra, que el piano de cola. Por no hablar del propio Rufus que, si bien chapurreaba más que correctamente la guitarra, me sorprendió como virtuoso del piano. No esperaba que fuera tan bueno.

La actuación estuvo centrada en los temas de Release The Stars, lo cual yo le agradecí mucho, presentándonos la marchosa Between My Legs, de estribillo impagable y para la cual subió una invitada del público a cantar con él la parte final; la preciosa Nobody's Off The Hook que interpretó al piano; o por último, por nombrar sólo algunas, la tremendísima Slideshow con la que a mí me daban ganas de saltar sobre las butacas, con ese estribillo tan infinito y grandilocuente que tiene.

Además también repasó otros temas emblemáticos de su carrera -aunque tengo que decir que eché de menos la estupenda versión que hace de Hallelujah de Leonard Cohen-, como I Don't Know What It Is, o The Art Teacher -preciosa, él solo al piano salvo cuando entra la trompa con su sonido tan evocador- o 14th Street con la que despidieron la segunda parte del concierto y en la cual los músicos se fueron retirando uno tras hacer un solo con su respectivo instrumento.

Porque una cosa que me llamó también mucho la atención fue la estructura del concierto. El espectáculo estaba dividido en tres partes. Entre la primera y la segunda hubo un descanso de unos quince o veinte minutos, y luego vinieron los bises, que más que bises, como digo, fueron una tercera parte más del concierto, que tuvo una duración total, incluido el descanso de, agarraos, tres horas.

En la segunda parte Rufus, para sorpresa de propios y extraños, abandonó el traje rosa para salir vestido de tirolés. Ahí es nada. Además de sus canciones aquí interpretó, junto a su madre que salió a acompañarlo al piano, algunas canciones de Judy Garland las cuales, según contó, estaban incluidas en un DVD homenaje a ella en el que Rufus las interpreta en directo.

Otro gran momento fue cuando nos dijo al público que iba a cantar un clásico irlandés y que, claro, eso había que cantarlo como se debía, es decir, sin micrófonos. Así que un grupo de músicos -vientos y contrabajo- se adelantó a primera línea del escenario, Rufus se apartó del micrófono y así, sin ningún tipo de amplificación, se cantó la canción cual tenor de ópera. Era increíble cómo su voz se oía perfectamente por todo el teatro, llenándolo y envolviéndonos sin ningún tipo de artificio de por medio.

Tras despedirse con 14th Street llegaron los bises. Rufus apareció envuelto en un albornoz blanco que lo cubría de la cabeza a los pies y se sentó al piano para interpretar de esa guisa las canciones. Más temas propios y de Judy Garland -incluido Somewhere Over The Rainbow, de El Mago de Oz, a piano y voz-.

En un momento dado le colocan una silla delante del escenario, él se sienta y comienza a ponerse anillos de brillantes, pendientes, zapatos de tacón y a pintarse los labios de rojo. Acto seguido apagan las luces y cuando las vuelven a encender están los músicos vestidos de traje y puestos en semicírculo alrededor de Rufus que, al fondo, está escondido tras otro de los músicos que lo tapa. Cuando empieza la música -en playback ya que todos están haciendo la coreografía- comienzan a interpretar Get Happy también de Judy Garland imitando tal cual la coreografía original.

Rufus se descubrió con un sombrero, una chaqueta negra larga cruzada que le hacía las veces de minifalda y unas eternas medias negras que le llegaban hasta los tacones. Era divertidísimo ver la torpeza bailando de unos músicos que estaba claro que no valían para eso, en algún momento llegué a temer que alguno se partiera la crisma allí mismo. Sencillamente genial, y en el público estábamos totalmente entregados, al final del número todos nos pusimos en pie a aplaudir a rabiar.

En resumen, casi tres horas de espectáculo, original, divertido, genial, con un nivel musical tanto en las composiciones como en la interpretación muy difícil de ver estos días...

Los 30 euros mejor gastados de mi vida.

martes, noviembre 06, 2007

Cassandra's Dream

No entiendo las críticas que se le han hecho a Cassandra's Dream, la última película de Woody Allen. Confieso que gracias a ellas fui a verla con mucho escepticismo, y quizá eso hizo que, al esperar tan poco, mi sensación final fuese quizá más positiva que en otras circunstancias. Eso y que la inmediatamente anterior, la floja Scoop, no era precisamente para tirar cohetes.

Pues bien, El Sueño de Casandra es una buena película que, en mi caso, me atrapó de principio a fin, arrastrándome a la bajada a los infiernos de los dos hermanos protagonistas.

Estamos, una vez más, ante la enésima revisión que hace el director neoyorquino de Crimen y Castigo de Dostoyevski. Y eso es lo único que se le puede criticar, como ya le critiqué a la magnífica Match Point: que se copia a sí mismo y que estas vueltas de tuerca pueden estar muy bien, pero que donde esté Delitos y Faltas que se quiten las demás.

A parte de eso Cassandra's Dream carece del glamour de Match Point, quizá porque lo nuevo de Allen no se ambienta en las clases más altas sino en un entorno de clase trabajadora, y eso, estéticamente, siempre viste menos. Si a esto le sumamos los toques de fino humor -del bueno- que salpican toda la película, y de los que Match Point carecía, puedo entender que dé la impresión de ser una obra menor. Pero es que sólo Woody Allen es capaz de contar un dramón de estas características y conseguir sacarte la sonrisa en lo que deberían ser los momentos más patéticos. Y creo que mucha gente no ha logrado entender lo que ha hecho el director: reírse con ironía de las bajezas del alma humana. Sin llegar a ser lo mejor de su carrera esta última obra es sin duda digna de mención y de tener en cuenta.

Aunque hay que reconocer también que no se sostendría del todo sin las excelentes interpretaciones de sus protagonistas. Ewan McGregor está realmente bien, como casi siempre, pero Colin Farrell está sencillamente genial, lo mejor de la película. Quizá algo sobreactuado, pero es que precisamente ahí está la gracia.

A todo esto hay que sumarle la preciosa banda sonora a cargo de Philip Glass que envuelve toda la película. Por fin Allen cambia el jazz por una partitura original que le da otro aire a su cine, y eso es de agradecer.

No siempre se puede rodar un Annie Hall, un Manhattan, un Hannah y sus Hermanas, un Desmontado a Harry o un Match Point -parece que va casi a peliculón por década-; pero si Cassandra's Dream es lo peor que sabe hacer Allen yo firmaba ya para veinte más como esta. He dicho.

viernes, noviembre 02, 2007

Después que canta el hombre

Por fin un concierto de Silvio Rodríguez del que salgo con muy, pero que muy, buen sabor de boca.

La primera vez que lo vi en directo fue en la gira que hizo junto a Luis Eduardo Aute hace casi diez años. El concierto al que yo asistí además fue el primero, y se notaba demasiado que no se lo habían preparado lo suficiente. Estaban completamente perdidos entre ellos, y Silvio estuvo serio y seco. Con decir que al final lo que más me gustó fue Aute lo digo todo. Además en aquella ocasión Silvio se acompañaba del excelente guitarrista Rey Guerra, lo que a priori debería ser positivo, pero un público ávido de que le den lo que quiere oír no recibió muy bien que se hicieran versiones tan alternativas como desconcertantes de temas como Ojalá. Bien por ver al trovador cubano por primera vez, pero en general fue decepcionante.

La siguiente vez que lo vi fue en la Fiesta del Partido Comunista de España en Madrid. Yo fui de los afortunados que estábamos relativamente cerca del escenario, y por lo tanto pudimos ver el concierto sin problemas. Pero no se puede decir lo mismo de los que se encontraban más atrás, porque Silvio obligó a la organización a no encender las pantallas para que no se pudiera grabar la actuación, o qué se yo. El cabreo de la gente fue mayúsculo. Si a eso le sumamos que al poco de empezar declaró que iba a tocar el último disco -Cita Con Ángeles, en mi opinión de los más flojos- del tirón, de la primera a la última canción, seguidas y en el mismo orden, podemos imaginar la estupefacción un público, que además de querer escuchar todos los clásicos, desconocía por completo en general el último trabajo. Otra pequeña decepción.

Pero afortunadamente esta vez el cantautor nos ha compensado con creces todas las experiencias anteriores. Rodeado por un excelente grupo de músicos -dos guitarras, un bajo acústico, un percusionista y una clarinetista- Silvio comenzó su concierto con El Necio, siguió con Quién Fuera y no paro de repasar los temas más emblemáticos de su larga carrera.

Especialmente emocionante para mí fue escuchar Canción Del Elegido, la primera vez que yo lo veía interpretarla en directo, con esos versos tan incendiarios:

Y comprendió que la guerra era la paz del futuro
lo más terrible se aprende enseguida
y lo hermoso nos cuesta la vida
la última vez lo vi irse entre humo y metralla
contento y desnudo
iba matando canallas
con su cañón de futuro

O cuando con motivo del 40 aniversario del asesinato del Che Guevara rescató América, Te Hablo de Ernesto, tema que sólo habíamos oído en versiones inéditas, y que contiene también unos versos para la historia:

Aunque lo entierren hondo,
aunque le cambien la cara,
aunque hablen de esperanza
y brille la mascarada,
llegará su fantasma
bien retratado en las balas.

Como excepción, y con motivo del reciente lanzamiento de un disco homenaje al también fundador de la nueva trova cubana Noel Nicolá -tristemente fallecido-. Silvio interpretó una pieza de éste que yo desconocía, y que por ser tan breve como hermosa voy a transcribir aquí:

Te perdono el montón de palabras
que has soplado en mi oído desde que te conozco.
Te perdono tus fotos y tus gatos,
tus comidas afuera, cervezas y cigarros, es más,
te perdono andar como tú andas,
tus zapatos de nube, tus dientes y tu pelo.
Te perdono los cientos de razones,
los miles de problemas, en fin, te perdono no amarme.
Lo que no te perdono es haberme besado con tanta alevosía.
Tengo testigos: un perro, la madrugada, el frío,
y eso sí que no te lo perdono,
pues si te lo perdono seguro que lo olvido.

También hubo tiempo para reivindicaciones políticas, como cuando leyó parte de un discurso de Danny Glover -que al parecer, además de participar en las fachosas Lethal Weapon y en engendros como Saw, es sorprendentemente un tío bastante comprometido en política- sobre los 5 cubanos detenidos injustamente en EEUU por defender legítimamente a Cuba. Un discurso que chapeau.

Por lo demás un clásico detrás de otro hasta el punto de que se me saltaban las lágrimas. Lo hicimos salir hasta cinco veces en los bises. El lema del público era "hasta que no toque el Ojalá no nos vamos", y aún después de eso lo hicimos salir otras dos veces hasta que prácticamente nos mandó a la cama cantándonos una nana.

Yo vi a un Silvio contento y en plena forma. Y si a eso le sumamos el hecho de que su último disco, Érase Que Se Era, es, además de doble, de lo mejor que ha editado últimamente, el resultado de la ecuación nos da que tenemos Silvio para rato.

Y yo que me alegro.

martes, octubre 16, 2007

Save the cheerleader, save the world

Conocí de la existencia de la serie de televisión Héroes a través de las múltiples vallas publicitarias que poblaron la ciudad durante una temporada, anunciando a bombo y platillo el estreno en, irónicamente, no sé qué canal -de verdad, no me acuerdo-. A parte de eso no le presté mucha atención. No me apetece nada ver una serie sobre bomberos -porque en el mundo pos-11S las palabras 'bombero' y 'héroe' vienen a ser sinónimos, sobre todo si vienen de los EEUU-.

Sin embargo una reseña en vete a saber dónde -en serio, debería hacer algo con mi memoria- me hizo cambiar de opinión. Al parecer la serie trataba de superhéroes y el friki que hay en mí no se pudo resistir. Le dí una oportunidad aún pensando que sería un peñazo y... me vi los 23 capítulos de la primera temporada del tirón.

Claramente inspirada en los X-Men -Stan Lee hace un cameo en uno de los episodios, lo que lo dice todo-, Héroes cuenta la historia de una serie de personas tan normales como diferentes entre sí que, de repente, comienzan a darse cuenta de que tienen habilidades especiales; y de cómo cada uno va afrontando su nueva situación a su manera, con reacciones que van desde la negación hasta la creencia de ser héroes cuya misión es salvar al mundo.

Lejos de las batallas apocalípticas y exageradas que caracterizan a, por ejemplo, los X-Men, esta serie se centra más en el desarrollo de los personajes y su camino hacia un destino que nadie sabe bien cuál es, pero que de alguna manera los llama a todos.

Héroes es una serie coral -puedo contar tranquilamente más de quince personajes principales- que va tejiendo capítulo a capítulo una maraña que a la vez se va desenredando poco a poco y cobrando sentido. Con un guión tan coherente como hecho con pulso y ritmo, más que una serie es una historia completa en 23 partes que se nota no está improvisada en ningún momento, de principio a fin. Por supuesto hay que perdonarle ciertas incongruencias en algunos detalles -sobre todo en lo que se refiere al espacio-tiempo-, pero bueno, si uno acepta desde el principio la premisa de que un hombre pueda volar el resto qué más da. ¿O no?

Espero que la segunda temporada mantenga el nivel y no se desplome el interés, como ha ocurrido con Perdidos, que de ser una serie intrigante e interesante pasó a ser un plomo del que si te pierdes la mitad de capítulos no pasa nada y no pierdes el hilo de la trama. Se notaba que habían escrito el guión sobre pobres cimientos y que el éxito de la serie les vino grande.

No es el caso de Héroes, que aunque pinchase en la segunda temporada -que están comenzado a emitir ahora en los EEUU-, siempre tendrá esta primera que de por sí es una historia completa que en gancha y entretiene e, incluso, puede fascinar a más de uno.

Ideal para frikis de todas las edades.

miércoles, octubre 10, 2007

In Rainbows

Por mucho que una vocecilla me diga que me estoy precipitando, que es demasiado pronto para opinar, no puedo resistirme a escribir sobre lo que es el fenómeno del día de hoy -para muchos el acontecimiento musical del año-. Me refiero, como no puede ser de otra manera, al lanzamiento del nuevo disco de Radiohead, titulado In Rainbows.

En primer lugar es obligado hablar de la forma en la que ha sido lanzado el disco, lo que lleva siendo la comidilla del mundo de la música las últimas semanas, y hasta de los medios de comunicación, tanto especializados como generalistas. Los chicos de Radiohead, ni cortos ni perezosos, anunciaron que colgarían su nuevo disco en su web mucho antes incluso de que saliera al mercado en formato CD; y que quien quisiera podía hacer la reserva en Internet y descargárselo a partir de hoy 10 de octubre... ¡al precio que cada uno le pusiera! Sí, sí. Podrías tenerlo por 40 libras, por 20, 10 ó por nada.

Yo reconozco que desconfiaba. "Ya veremos qué pasa el día 10" es lo que pensé. Y hoy, llegado el momento, he entrado en la página www.inrainbows.com, he rellenado un sencillo formulario y en tres minutos estaba escuchando lo nuevo de Radiohead. Ha sido tan rápido y fácil que he tardado en asimilar lo que estaba pasando. Sinceramente, creo que el mundo de la música y la industria discográfica ha cambiado para siempre hoy. Menuda bofetada que le han dado a las discográficas. Esto tiene que haber dolido. Porque no estamos hablando de un grupo cualquiera, sino de unos artistas de primera línea, de los que venden discos a cascoporro (como diría aquel, -a ver, por cierto, cuándo vemos a los solidarios y comprometidos de U2 haciendo algo así, jeje-).

Olé por Radiohead, por su coherencia y valentía. Y por inteligentes también, porque de todas formas su disco habría circulado por la red, pero gracias a esto no sólo han quedado de puta madre -si se me permite la expresión-, sino que además se han sacado de la manga una campaña publicitaria mundial de gratis.

La calidad y el nivel del disco en sí ya es otro cantar. ¡Y qué cantar! Aquí puede ser donde me precipite, pero llevo todo el día escuchándolo y cuanto más lo oigo más me gusta. Desde luego nunca decepcionan. Menos arriesgado -o menos rompedor con lo anterior, si se prefiere-, In Rainbows es un disco que, aún en la línea de Radiohead, a mí me resulta mucho más fácil de escuchar que algunos de los anteriores. Lo veo, por ejemplo, menos agobiante que Hail To The Thief.

Echo de menos, por criticarlo aunque sea un poco, algún hit al que agarrarme en las primeras escuchas. Alguno como Knives Out o A Wolf At The Door en los anteriores. Sin embargo la impresión de calidad global que te atrapa desde el primer momento y que, por ahora, a mí no me ha abandonado en las subsiguientes escuchas, compensa de sobra la falta de guiños a la comercialidad que nos hagan el camino más fácil.

En cuanto a temas en concreto el primero yo destacaría es Nude. Un tema que al parecer ya lleva tiempo circulando en versiones en directo -con el nombre de Big Ideas (Don't Get Any)-. Es un poco la típica balada marca de la casa del grupo, pero en el momento en que la he oído por primera vez me he parado a tomar nota: "uy, ésta". Otros temas a destacar son por ejemplo 15 Step, con el que abren el disco de forma incuestionable; Faust Arp, que me llama también mucho la atención; o, la que es también una de mis favoritas hasta ahora, House Of Cards.

Por supuesto recomiendo todo el disco. Estoy seguro que podría decir muchas cosas más que ahora con más tiempo y más escuchas -y quizá lo haga-, pero es que no me he podido resistir. Para mí Radiohead es una pasión. La capacidad que tiene Tom Yorke con su voz y todo el grupo con su música de transmitir sentimiento y dramatismo; de envolverte con sus melodías y arreglos haciendo que te eleves del suelo; de encenderte con sus letras, tan tristes como en ocasiones violentas, mordaces y críticas con el sistema establecido -de palabra y ahora se ve que también algo de obra-; y de sorprenderte con sus arriesgadas propuestas musicales, sus saltos al vacío sin red, sin acomodarse en la fórmula de éxito fácil... Todo eso lo tienen pocos grupos. Por no decir ninguno.

Cosas como estas son las que hacen que uno recuerde por qué le apasiona la música.

jueves, septiembre 06, 2007

Me declaro fan absoluto de Spinal Tap

El otro día pillé por casualidad en el canal Cinematk un documental sobre un grupo heavy de los 80s, o quizá de finales de los 70s, y me quedé un rato a verlo a ver quiénes eran, puesto que no me sonaban sus caras para nada -raro, raro, que yo tuve mi buena etapa heavy en mi mocedad...-. Conforme avanzaba vi que retrataba una gira del grupo Spinal Tap, con entrevistas a sus miembros, tomas de los conciertos e incluso intimidades en el backstage.

Al poco de verla, cuando el guitarrista solista enseña su colección de guitarras y sus amplificadores -cuyos potencímetros llegan hasta el 11, porque "los normales sólo llegan hasta 10 y con estos puedes subir el volumen más allá, hasta el 11"-, empecé a sospechar... Efectivamente, aunque me despistó al principio porque no sabía lo que estaba viendo, se trata de un falso documental, una película dirigida por Rob Reiner, titulada "This is Spinal Tap"(1984), sobre el mundo del rock, que parodia sin piedad todas las chorradas que envuelven a los grupos de cierto éxito.

Uno por uno machaca todos los tópicos de las bandas de rock a través de una interminable serie de gags desternillantes -sobre todo para quien esté familiarizado con este mundo del rock-. Desde los líderes de personalidades carismáticas que en realidad no hacen más que decir una tontería tras otra, hasta la novia de uno de ellos que desestabiliza al grupo -a la pobre de Yoko Ono le tienen que estar pitando los oídos cosa mala-; pasando por las puestas en escena absurdas en la gira o las declaraciones ridículas sobre sus propios temas -"nuestras letras antes eran muy tontas, pero ahora con "Granja de Sexo" hemos madurado mucho"-. Demoledor.

A mí, así de primeras, me recordaron a los Beatles, Iron Maiden, Led Zeppelin... como poco. Pero creo que la crítica despiadada de esta película es aplicable a todo grupo habido y por haber que se haya creído alguna vez algo en el mundo de la música.

Como curiosidad decir que los protagonistas dieron una gira después de la película como Spinal Tap con los temas de la banda sonora. Y es que bien pensado los temas, aunque paródicos, no están tan mal. Cosas peores nos tragamos en los 80s. ¿O no?

Muy recomendable en general, pero sobre todo para frikis del rock con sentido del humor y ganas de echarse unas buenas risas. Y ganas también de hacerse una autocrítica, porque ¿quién está libre del pecado de haber sido fan -o serlo aún- de alguna panda de fantoches como los que retrata la película?

lunes, agosto 06, 2007

Zeitgeist

¿Cuán bajo puede caer la dignidad de un artista? ¿Todo por la pasta? El regreso de los Smashing Pumpkins con su nuevo disco Zeitgeist es lamentable de lo vulgar.

Cuando oí la noticia de que volvían a reunirse la recibí con escepticismo, pero también con cierta ilusión. Grandes como pocos en los 90's el grupo de Billy Corgan ha sido desde siempre uno de mis favoritos. Todo lo que hacían era tan bueno que hasta se hacía soportable la irritante voz de su líder, e incluso uno acababa reconociendo que le daba una personalidad al grupo inigualable.

Sólo por temas como Disarm o Adore es ya para levantarles un monumento, pero sin duda su obra maestra fue el disco Mellon Collie and the Infinite Sadness, el cual contiene un temazo tras otro (aún así insisto en mi teoría sobre los discos dobles: si hubieran condensado lo mejor en uno solo -dejando el resto para un disco de caras b- habría sido uno de los mejores álbumes de la historia, claro que de todas formas puede que aún así ya lo sea).

Tras el disco Ava Adore y su poco afortunada incursión en el mundo de la música electrónica (pecadillo que quien más quien menos cometió en los 90's -véase el caso de U2-), que a parte de algún tema indiscutible tiene poco más destacable; los Smashing se despidieron a principio del nuevo siglo con Machina, un disco que, para mí, es redondo -si se me permite el chiste-. Grandes temas y una coherencia sonora que quizá no haya habido en ninguno de sus discos anteriores.

Tras la separación de los Smashing Pumpkins, Billy Corgan emprendió un camino errático y claramente decadente. Su megalomaniaca personalidad le impedía retirarse con dignidad y se empeñó en ese "quiero y no puedo" que era volver a subir a las cumbres a las que llegaron los Smashing. Primero con su fracasado proyecto de grupo Zwan, y posteriormente con un anodino y olvidable disco en solitario TheFutureEmbrace.

Visto lo visto, qué mejor que resucitar el grupo que lo hizo famoso para volver a ser algo en el mundillo. Y la verdad es que me alegré de ello cuando tuve las primeras noticias -yo para estas cosas me ilusiono muy fácilmente-, al fin y al cabo son uno de mis grupos favoritos de siempre. Pero en cuanto vi que ni James Iha ni D'arcy Wretzky iban a formar parte del proyecto supe de qué iba a ir la cosa: otro patético intento de Billy Corgan de volver a ser lo que fue.

Pues bien, Zeitgeist es plano, soso, carente de fuerza y originalidad y, salvo algún destello suelto que recuerda a los viejos Smashing que ni merece la pena ser mencionado, totalmente decepcionante. Y no tengo nada más que decir sobre el nuevo disco en sí.

Qué lástima que se emborrone el nombre de los Smashing Pumpkins así, sólo por la pasta y el patético empeño de Billy Corgan de no reconocer que hace mucho que está acabado. Sobre todo cuando su anterior despedida como grupo con el disco Machina fue un broche de oro a una carrera excepcional.

martes, mayo 22, 2007

Zodiac

Que David Fincher es un director que me gusta no es ningún secreto. Seven y El Club de la Lucha son peliculones -sobre todo esta última-. Comenzó haciendo videoclips y dio el paso al cine debutando con Alien3, una secuela regularcilla, pero que ya apuntaba maneras técnicamente hablando. Tras eso la carrera ha sido meteórica. Con la excepción de La Habitación del Pánico, un thriller muy correcto y que a mí me gusta mucho, pero muy lejos de sus grandes obras anteriores.

Eso, y el hecho de que haya tardado cinco años en filmar su nueva película, me hacían no tener muchas esperanzas en Zodiac. Y para más inri trata sobre un asesino en serie. ¿Una vuelta de un director de capa caída a la fórmula de Seven que tan buenos resultados le había dado? Tiene toda la pinta.

Pero no. Zodiac es un film sorprendente. Para empezar no tiene nada que ver con un thriller, o por lo menos no con lo típico del género. Fincher toma el camino difícil para hacer un peliculón que se centra en las obsesiones de aquellos que siguieron el caso. Y a través de sus idas y venidas, de sus vueltas en círculo, de sus caminos a ninguna parte nos arrastra a sentir la misma frustración y desesperación que los protagonistas.

Con una narrativa casi documental, Zodiac nos cuenta los detalles de una investigación que se extiende durante años, y del papel que jugaron en ella los medios de comunicación plegándose a los deseos del asesino y convirtiéndolo en una estrella mediática -recordemos que está basada en hechos reales-. No hay lugar en la película para resoluciones facilonas y complacientes. Los espectadores seguimos las pistas de la mano de los que las investigan en pantalla, nos ilusionamos con ellos cuando parece que apuntan bien, y nos decepcionamos igualmente cuando no llevan a ninguna parte. Una película sobre un asesino en serie como ninguna otra que se haya hecho y que yo conozca.

También he de mencionar el gran trabajo que hacen los actores. Jake Gyllenhaal y Robert Downey Jr. están realmente bien. Incluso Mark Ruffalo hace un gran papel, aunque a mí este actor en concreto nunca ha acabado de convencerme, quizá me gustó en ¡Olvídate de Mí!, pero porque era un rol de excéntrico que se sale de su registro habitual.

Pegas: la excesiva duración. No cabe duda de que dos horas y cuarenta minutos es demasiado para lo que quiere contar, y que se podría haber reducido el metraje a poco más de 120 minutos sin que repercutiera demasiado en la historia; y a cambio dotaría a la película de algo más de ritmo, haciéndola más densa y evitando los momentos en que queda un tanto dispersa. Puedo entenderlo en el sentido de no solo ser fiel a libro en que se basa, sino de además intentar transmitir las dimensiones de la investigación y su dilatación en el tiempo, y de esa forma sumergir al espectador completamente en la historia. Pero aún así sigo pensando que es demasiado larga, y que con una duración menor habría sido simplemente perfecta. Y si quería meterlo todo pues que lo hubiera dejado para la versión extendida en DVD, que para eso están, digo yo.

En cualquier caso Fincher hace un trabajo de dirección excepcional que seguro que lo va a encumbrar como uno de los mejores directores del momento. Una película original, valiente y arriesgada donde las haya. No sé si decir obra maestra, pero por lo menos imprescindible para los amantes del buen cine. El resto a ver Spiderman 3.

jueves, mayo 10, 2007

May God have mercy on our dirty little hearts

Mr. Reznor, cumpliendo con su promesa de no dejar pasar tantos años entre disco y disco -ahora que se ha quitado de los vicios de las drogas, el alcohol y el Doom-, ha editado este mes de abril el último trabajo de Nine Inch Nails: Year Zero. Menos de dos años después de With Teeth, el cual representó su vuelta a lo más alto del panorama musical.

Por un lado se agradece que El Maestro -para mí- nos obsequie más a menudo con sus obras maestras, pero por otro no puedo evitar pensar que la cantidad acabará mermando la calidad, ya que puede que no le dedique el tiempo suficiente a los temas para alcanzar las alturas técnicas y creativas a las que Nine Inch Nails nos tiene acostumbrados.

En ese sentido lo primero que me viene a la cabeza cuando escucho Year Zero es que los tiempos de las obras épicas y progresivas que fueron The Downward Spiral y The Fragile pasaron a la historia. Así como los temazos realmente indiscutibles como lo fueran Wish, Closer, Hurt, The Perfect Drug, etc.

Comparado con With Teeth el nuevo trabajo da un giro práticamente de 180º. Si el anterior álbum era más orientado al rock -representado por la omnipresente, y a veces algo cargante, batería de Dave Grohl-, y la electrónica era dejada un poco de lado; éste es mucho más industrial, donde los instrumentos análogos casi brillan por su ausencia o simplemente se limitan a adornar unas canciones basadas en la programación y los sintetizadores.

Sé que hay quien criticó With Teeth por ser demasiado básico o rockero. Yo no estoy de acuerdo. Temas como The Hand That Feed, Sunspots o Getting Smaller -por poner sólo algunos- me parecen temazos, aunque estén basados en la estructura bajo-guitarra-batería, o quizá precisamente por eso. Sin embargo he de reconocer que el sonido tan electrónico de Year Zero es mucho más de mi gusto.

En cuanto a los temas que componen el álbum hay algunos verdaderamente destacables. Por poner sólo algunos ejemplos podríamos hablar de Survivalism, el que hasta la fecha es el primer single, que si bien no me convenció mucho al principio reconozco que últimamente no dejo de escucharlo -el vídeo está muy bien-. Aunque mis favoritas del disco son otras, como Me, I'm not -que me encanta-, o Vessel, que para mí tiene todo lo que tiene que tener una canción de este tipo; o como las dos canciones que cierran Year Zero: la balada In This Twilight y Zero Sum -cuyo estribillo es posiblemente el mejor del disco-.

No es mi intención hacer un repaso de todas las pistas una por una, decir simplemente que el conjunto está muy conseguido, y que tras varias escuchas te queda claro que ningún tema tiene desperdicio: desde algunos casi pop como The Good Soldier, hasta The Great Destroyer, que finaliza con una increíble orgía de sonidos electrónicos como para dejar a cuadros a más de uno. Pasando también por los temas instrumentales, o casi, que hay varios. Mi favorito es The Greater Good, aunque he de decir que tiene una deuda muy grande con Depeche Mode -si habéis oído Christmas Island sabéis a lo que me refiero-.

En cuanto a la temática de Year Zero resulta que es un álbum conceptual. Algo que se estila muy poco en estos tiempos. Al parecer trata de un futuro no muy lejano y de qué ocurriría de seguir las cosas como están. Son de agradecer este tipo de reflexiones políticas, sobre todo dentro de un ámbito de la música no muy dado a hacerlas. Ya está bien de que todas las distopías se basen en los sistemas socialistas, ya era hora de que alguien plantee que, de seguir el mundo así, vamos camino de la barbarie más absoluta. Bien por Trent, que no defrauda ni en eso.

Ahora bien, he de reconocer que a mí lo que me gusta de NIN son esas canciones tan personales y desgarradas, esa rabia y ese abrirse las entrañas para sacarlo todo fuera sin miramientos. Y eso lo echo en falta en este disco. Quizá porque cuentan una historia global, o por políticas, pero las canciones son más frías. Aunque me encanta el disco, yo sigo prefiriendo al Trent Reznor de Hurt.

Por último no puedo dejar de hablar de la promoción de Year Zero. Como pocas. Primero dejando temas "olvidados" en pendrives por distintas partes del mundo, a modo de adelanto, que volaron enseguida por Internet. Luego abriendo decenas de páginas web relacionadas con el álbum -aquí dejo una a modo de ejemplo-. También hay un vídeo promocional del conjunto e incluso se habla de que rodarán una película (wtf?!).

En fin, yo hubiera flipado con estas cosas si me pilla hace unos años, ahora me deja sensaciones contrapuestas. Por un lado me encanta que se lo curren tanto frente a la vulgaridad general que nos invade, desde luego lo hace mucho más interesante. Pero por otro lo veo un poco pretencioso, como querer dotarlo, a base de -buena- publicidad, de una profundidad que desde luego no tiene. Algo que puede enganchar fácilmente a un adolescente pero que a mí, sinceramente, me pilla ya un poco mayor.

En cualquier caso, y volviendo a la música que es lo que importa, Year Zero se sale. No tan original ni tan pasional como discos anteriores pero toca el cielo en más de un momento. Un disco más que digno al nivel que Nine Inch Nails nos tiene acostumbrados. Por mí que siga así por muchos años.

lunes, mayo 07, 2007

I’ve got time to waste on you

Me recomendaron hace poco la canción Fuck U del grupo inglés Archive por chunga de necesidad, y yo que no me resisto a un título como ese corrí a escucharla con avidez. Lo que me encontré fue un medio tiempo con bastante buen gusto, en un estilo alternativo con base electrónica. Pero lo que más me llamó la atención, desde luego, fue la letra. Según la oía no daba crédito a tanta mala leche cantada, irónicamente, de forma tan sobria. Con versos como "All I want is to see you in terrible pain" o "Pray to God I can think of a nice thing to say but I don’t think I can so fuck you anyway" -y esto es solo una muestra, porque toda la canción sigue en esa línea y a más-, este tema se ha convertido para mí directamente en un clásico, a la altura de las canciones más resentidas de Nine Inch Nails -eso sí, sin su fuerza, que todo hay que decirlo-.

Bien, si la cosa hubiera quedado en eso quizá ni me hubiera tomado la molestia de escribir un post. Pero lo que sí me impresionó fue escuchar Noise (2004), el disco al que pertenece Fuck U. Calidad, variedad y buen gusto, todo en uno. Una colección de temas entre electrónicos y rock alternativo-progresivo con sorprendentes canciones como Waste de diez minutos de duración, o tan interesantes como Noise, tema que inicia el disco además de darle título.

No puedo dejar de mencionar Sleep, una preciosa balada que no me canso de escuchar, para mí, el mejor tema del disco, y muy alejada de lo que es Fuck U y su mala leche. Escasean los grupos de esos que escuchas por un buen tema y luego resulta que el resto están a la altura o son incluso mejores.

Por lo que leo las críticas ponen mucho mejor otros discos anteriores que a Noise -el único que he escuchado hasta ahora-, así que me pondré a ello y seguiré informando.

miércoles, abril 25, 2007

Houston, tenemos un grupo interesante

Tras el, para mí algo desafortunado, nombre de Love Of Lesbian se esconde un grupo catalán de lo más interesante. Su último disco, Maniobras de Escapismo (2005), cayó en mis manos hace unas semanas y desde entonces lo he estado escuchando en progresión geométrica. Por lo que sé sus tres primeros discos fueron en inglés, pero afortunadamente este último es íntegramente en castellano -a excepción del tema que cierra el disco, que es en francés-.

El estilo es de un pop indie tan amable como resultón. Y es raro que yo alabe este tipo de música -algún día escribiré lo que opino de grupos como Los Planetas o de Los Piratas, etc.-, pero es que además de unas melodías de lo más interesantes y unos buenos arreglos, los chicos de Love Of Lesbian tiene unas letras de lo más originales, tan serias como divertidas. Lo cual se puede observar con solo ver cómo son los títulos de sus canciones, pongo aquí algunas de mis favoritas a modo de ejemplo: Carta a todas tus catástrofes, Maniobras de escapismo, Houston tenemos un poema ó Marlene, la vecina del ártico. Sí, a mí normalmente este tipo de cosas me echarían para atrás, pero de verdad que merecen la pena.

Con este disco Love Of Lesbian demuestran ser de lo más refrescante -no en el sentido de Georgie Dann, sino en el bueno de verdad- que ha dado la música en este país últimamente. Este CD está ya entre mis indispensables. Ojalá hubiera más como ellos.

(Como último apunte decir que por lo que tengo entendido están grabando ya un nuevo disco, estaré antento)

viernes, abril 20, 2007

Can you read my mind?

Hace tiempo que tengo el último disco de The Killers -Sam's Town- y lo cierto es que, sin volverme loco, este grupo no me disgusta en absoluto. Creo que con este segundo trabajo han mantenido muy dignamente el nivel del primero, e incluso lo han mejorado; ya que temas como, sin ir más lejos, los dos primeros singles -When You Were Young y Bones- son bastante buenos.

Pero este post no es para hablar ni de The Killers ni de su último disco en general, sino del que ha sido su tercer sencillo: Read My Mind. Desde que me fijé en él al ver el vídeo no me cabe la menor duda: es el TE-MA-ZO de esta primavera.

¡Viva el pop! (cuando se hace bien)


(Al principio puede parecer normalita, pero joder qué bien hecha que está esta canción. Lástima que el vídeo no le haga justicia)

jueves, abril 19, 2007

Yo soy tu hombre

El otro día vi I'm Your Man, el documental sobre Leonard Cohen, y la verdad es que no me puedo cansar de recomendarlo. Por un lado porque es una forma perfecta de acercarse a la música de este genio de la segunda mitad del siglo XX. Y por otro por las interpretaciones de sus canciones que hacen los artistas invitados.

La estructura del documental es bastante original, dentro de lo que puede dar de sí el género. A través de un concierto homenaje intérpretes de la talla de Nick Cave, Rufus Wainwright o Antony Hegarty -de Antony and the Jonhsons, que por cierto hace una versión increíble de If It Be Your Will- hacen un repaso a toda la carrera del autor. Además, entre tema y tema se intercalan comentarios del los artistas y del propio Cohen sobre sus canciones o su biografía.

Las únicas pegas que le puedo sacar son la presencia de U2 -de los que soy fan de toda la vida, pero vamos, no puedo con Bono y Cía cuando de ponen guays- y un cierto aire que impregna toda la película como a homenaje póstumo. No hombre, no, que a Leonard Cohen todavía le queda mucha cuerda, digo yo...

Pero por lo demás esta cinta ha servido para aumentar más si cabe mi admiración por este hombre y su música -y sus letras, por supuesto-. No os lo perdáis.

martes, febrero 27, 2007

Oscars 2007: ni fu ni fa

Ningún interés han despertado en mí los premios de la Academia de Hollywood este año. Es cierto que he visto muy pocas de las películas nominadas, pero es que ni esas ni la mayoría de las que no he visto me han interesado demasiado.

Independientemente de cuál fuera el resultado de la ceremonia, la verdad es que ya era anodina a priori gracias los nominados. Películas como The Queen, directores como Paul Greengrass por United 93 (¡!), actores como Will Smith o Eddie Murphy... La lista es tristemente interminable. Nada que ver con los del año pasado donde, a pesar de la habitual decepción final, las nominaciones fueron muy arriesgadas y tenían mucha miga.

El "triunfador" de la noche fue Martin Scorsese. Pues mira, sin ver la película y teniendo en cuenta su trayectoria reciente (El Aviador, Gangs of New York o Al Límite...), me da a mí la impresión que Infiltrados muy buena tampoco va a ser -eso por no hablar de que es un remake de Infernal Affairs, película made in Hong Kong-. Más bien lo que me parece es que le han dado los Oscars como premio más que nada a su carrera. Claro que tampoco tenía mucha competencia. Lo bueno de esto es que Eastwood no se ha llevado nada, y eso está bien para bajarle los humos. No porque no me guste, que yo me quito el sombrero ante el pulso que tiene como director; sino porque me pareció realmente excesiva la acaparación de premios por la sobrevaloradísima Million Dollar Baby.

Estoy deseando ver Pequeña Miss Sunshine, Oscar al mejor guión original (lo cual a veces significa mucho -como en ¡Olvídate de Mí! en el 2005- y otras nada -como en Crash en el 2006-), de la que todo el mundo habla muy bien. También La Vida de los Otros (mejor película extranjera), aunque reconozco que, sin ser la octava maravilla, El Laberinto del Fauno está muy bien e igual hubiera debido llevarse ese premio. Y en cuanto pueda veré también Babel, porque Amores Perros y 21 Gramos -sobre todo esta última- me gustaron mucho.

Por lo demás ni fu ni fa, me importa un pimiento quién se llevase las estatuillas. El año pasado decía que los Oscar eran la prueba de la buena salud del cine yankee, este no lo tengo tan claro. Al final el mejor resumen posible de los Oscars, y por ende de todo el cine norteamericano del 2006, va a ser que lo más interesante de la gala fue el impresionante vestido rojo de la impresionante Nicole Kidman. Así que fotico para ella, la reina de la elegancia y el glamour.

jueves, febrero 22, 2007

Pretty Hate Machine

Conciertazo de Nine Inch Nails en la sala La Riviera de Madrid el pasado día 15 de febrero. No tengo palabras. Mr. Reznor y compañía se han marcado una gira por España que ha pasado por Bilbao, Madrid y Barcelona, en estos dos últimos han tenido que doblar los show, menos mal, porque para los primeros las entradas se agotaron voladas.

Lo más decepcionante del concierto fueron los teloneros The Popo. Un grupo realmente lamentable que no estaba ni de lejos a la altura del grupazo que venía detrás. No sé cómo un grupo así, que parecía que se habían juntado la semana pasada y no les había dado tiempo a preparar los temas, se puede colar en un concierto de este nivel; supongo que será cosa de la organización para ahorrarse pasta, no sé. Pero lo que me repatea más, al fin y al cabo los teloneros son lo de menos, es que en otra giras NIN llevan de teloneros a lo mejor de lo mejor. Por ejemplo, en su gira norteamericana iban con los Dresden Dolls, y en los próximos conciertos por Europa llevarán a Ladytron, ahí es nada. Y si embargo aquí... The Popo. También es mala suerte.

En fin, una vez pasado el mal trago de los teloneros llegaron los esperadísimos Nine Inch Nails. Más de una década esperando ver un concierto como este, y no me decepcionó en absoluto. El primer tema: Mr. Self Destruct. Toma ya. La gente se volvió loca, yo incluido, y con razón. Tremendo. A ese le siguieron Piggy, Heresy, The March of the Pigs, Closer, Ruiner, The Becoming... Es decir, casi todo The Downward Spiral en riguroso orden (del que más adelante además tocaron Eraser, Reptile y Hurt). ¿Se puede pedir más? Yo creo que no.

Por lo demás un montón de temazos repasando su carrera. Sorprendente, y genial, que tocaran Last, aunque yo hubiera preferido Wish, tema que eché mucho de menos, me hubiera encantado gritarme un buen Fist Fuck! El concierto terminó con The Hand That Feeds -la única que tocaron de With Teeth-, y con Head Like a Hole de su primer disco Pretty Hate Machine. Aunque para mí el mejor momento fue cuando Reznor se tocó solo al piano Hurt, con un público totalmente entregado y coreando la letra al unísono. Para poner los pelos de punta.

Por otra parte yo esperaba que, a modo de anuncio, se marcaran algún tema del nuevo disco que sacan en abril Year Zero, pero no fue así. Pero de eso ya hablaremos más adelante. De momento los temas que están circulando por ahí -están en la página de MySpace de NIN- promenten mucho, mucho, mucho, mucho.

martes, enero 16, 2007

Una de dibujos

Cuando dicen que Hayao Miyazaki es el mejor director de animación de la historia por algo será. Algo tendrá el agua cuando la bendicen. Ese estilo manga tan personal y original, que ha creado escuela, tengo que reconocer que me ha enganchado, y eso que yo no soy nada aficionado a la animación. Pero su cine, aunque principalmente dirigido a un público infantil o juvenil, tiene algo de universal que supera las barreras generacionales.

Desde que vi "El Castillo en el Aire" se me despertaron unas ganas casi incontenibles de ver más películas de este hombre. Así que en cuanto pude visioné la famosa "La Princesa Mononoke", una preciosa, y no demasiado optimista por cierto, fábula sobre la dicotomía hombre-naturaleza; que no solo me encantó, sino que me enganchó aún más a este tipo de cine -para sorpresa mía, desde luego-.

Las siguientes que vi son sus dos últimas producciones hasta la fecha: "El viaje de Chihiro" y "El Castillo Ambulante". La primera galardonada con el Oscar a la mejor película de animación, y la segunda debería estar nominada este año, sin duda. Ambas me parecieron alucinantes. Por un lado por su mensaje ecologista y pacifista -algo general en el cine de Miyazaki-, pero sobre todo por el desbordante derroche de imaginación en cada dibujo, en cada plano, en cada unos de los fantásticos personajes y seres que pueblan esos mundos tan particulares...

Y es que a veces uno necesita despojarse de prejuicios de adulto y volver a ver las cosas con los ojos de un niño, y el cine de Hayao Miyazaki es desde luego ideal para eso.

jueves, enero 04, 2007

Hoy cumplimos un añito

Esa vaquita antiestrés que es este blog cumple hoy un año. Felicidades.

Un año sentando cátedra, quién me lo iba a decir. Yo soy el primer sorprendido de haberlo mantenido tanto tiempo y, a pesar de los altibajos, con cierta continuidad y constancia.

Una vez llegado hasta aquí espero sinceramente seguir manteniéndolo por mucho tiempo más. Cosa que por cierto no creo que me sea tan difícil, porque mientras siga habiendo cine de David Lynch o de Woody Allen, y música de Depeche Mode o Nine Inch Nails habrá razones para escribir buenos post; y si no siempre nos quedarán los premios Goya, el cine de Isabel Coixet y los discos de Jarabe de Palo para poder meter un poco de caña a tanta basura.

¡Feliz 2007!