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jueves, mayo 10, 2007

May God have mercy on our dirty little hearts

Mr. Reznor, cumpliendo con su promesa de no dejar pasar tantos años entre disco y disco -ahora que se ha quitado de los vicios de las drogas, el alcohol y el Doom-, ha editado este mes de abril el último trabajo de Nine Inch Nails: Year Zero. Menos de dos años después de With Teeth, el cual representó su vuelta a lo más alto del panorama musical.

Por un lado se agradece que El Maestro -para mí- nos obsequie más a menudo con sus obras maestras, pero por otro no puedo evitar pensar que la cantidad acabará mermando la calidad, ya que puede que no le dedique el tiempo suficiente a los temas para alcanzar las alturas técnicas y creativas a las que Nine Inch Nails nos tiene acostumbrados.

En ese sentido lo primero que me viene a la cabeza cuando escucho Year Zero es que los tiempos de las obras épicas y progresivas que fueron The Downward Spiral y The Fragile pasaron a la historia. Así como los temazos realmente indiscutibles como lo fueran Wish, Closer, Hurt, The Perfect Drug, etc.

Comparado con With Teeth el nuevo trabajo da un giro práticamente de 180º. Si el anterior álbum era más orientado al rock -representado por la omnipresente, y a veces algo cargante, batería de Dave Grohl-, y la electrónica era dejada un poco de lado; éste es mucho más industrial, donde los instrumentos análogos casi brillan por su ausencia o simplemente se limitan a adornar unas canciones basadas en la programación y los sintetizadores.

Sé que hay quien criticó With Teeth por ser demasiado básico o rockero. Yo no estoy de acuerdo. Temas como The Hand That Feed, Sunspots o Getting Smaller -por poner sólo algunos- me parecen temazos, aunque estén basados en la estructura bajo-guitarra-batería, o quizá precisamente por eso. Sin embargo he de reconocer que el sonido tan electrónico de Year Zero es mucho más de mi gusto.

En cuanto a los temas que componen el álbum hay algunos verdaderamente destacables. Por poner sólo algunos ejemplos podríamos hablar de Survivalism, el que hasta la fecha es el primer single, que si bien no me convenció mucho al principio reconozco que últimamente no dejo de escucharlo -el vídeo está muy bien-. Aunque mis favoritas del disco son otras, como Me, I'm not -que me encanta-, o Vessel, que para mí tiene todo lo que tiene que tener una canción de este tipo; o como las dos canciones que cierran Year Zero: la balada In This Twilight y Zero Sum -cuyo estribillo es posiblemente el mejor del disco-.

No es mi intención hacer un repaso de todas las pistas una por una, decir simplemente que el conjunto está muy conseguido, y que tras varias escuchas te queda claro que ningún tema tiene desperdicio: desde algunos casi pop como The Good Soldier, hasta The Great Destroyer, que finaliza con una increíble orgía de sonidos electrónicos como para dejar a cuadros a más de uno. Pasando también por los temas instrumentales, o casi, que hay varios. Mi favorito es The Greater Good, aunque he de decir que tiene una deuda muy grande con Depeche Mode -si habéis oído Christmas Island sabéis a lo que me refiero-.

En cuanto a la temática de Year Zero resulta que es un álbum conceptual. Algo que se estila muy poco en estos tiempos. Al parecer trata de un futuro no muy lejano y de qué ocurriría de seguir las cosas como están. Son de agradecer este tipo de reflexiones políticas, sobre todo dentro de un ámbito de la música no muy dado a hacerlas. Ya está bien de que todas las distopías se basen en los sistemas socialistas, ya era hora de que alguien plantee que, de seguir el mundo así, vamos camino de la barbarie más absoluta. Bien por Trent, que no defrauda ni en eso.

Ahora bien, he de reconocer que a mí lo que me gusta de NIN son esas canciones tan personales y desgarradas, esa rabia y ese abrirse las entrañas para sacarlo todo fuera sin miramientos. Y eso lo echo en falta en este disco. Quizá porque cuentan una historia global, o por políticas, pero las canciones son más frías. Aunque me encanta el disco, yo sigo prefiriendo al Trent Reznor de Hurt.

Por último no puedo dejar de hablar de la promoción de Year Zero. Como pocas. Primero dejando temas "olvidados" en pendrives por distintas partes del mundo, a modo de adelanto, que volaron enseguida por Internet. Luego abriendo decenas de páginas web relacionadas con el álbum -aquí dejo una a modo de ejemplo-. También hay un vídeo promocional del conjunto e incluso se habla de que rodarán una película (wtf?!).

En fin, yo hubiera flipado con estas cosas si me pilla hace unos años, ahora me deja sensaciones contrapuestas. Por un lado me encanta que se lo curren tanto frente a la vulgaridad general que nos invade, desde luego lo hace mucho más interesante. Pero por otro lo veo un poco pretencioso, como querer dotarlo, a base de -buena- publicidad, de una profundidad que desde luego no tiene. Algo que puede enganchar fácilmente a un adolescente pero que a mí, sinceramente, me pilla ya un poco mayor.

En cualquier caso, y volviendo a la música que es lo que importa, Year Zero se sale. No tan original ni tan pasional como discos anteriores pero toca el cielo en más de un momento. Un disco más que digno al nivel que Nine Inch Nails nos tiene acostumbrados. Por mí que siga así por muchos años.

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