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martes, mayo 30, 2006

Kevin Smith: ese showman

Kevin Smith está de moda. Últimamente no paran de aparecer youtubes suyos por todos los blogs del mundo mundial. Parece ser que este hombre se ha dedicado a dar conferencias por ahí repletas de monólogos hilarantes, al parecer bastante improvisados, que ya quisiera Buenafuente para sí. Tenemos desde el que nos cuenta la primera vez que se acostó con su esposa, hasta el que nos habla de su relación con la religión (a propósito de Dogma); pasando por sus relaciones con Tim Burton y su experiencia con el proyecto de Superman Lives (este último sin duda el más gracioso de todos). Todo un showman.

Así que aprovechando su actualidad, por esta y otras razones que ahora comentaré, le voy a dedicar un post. Además, hace unos días celebramos el Día del Orgullo Friki, y ahora mismo no se me ocurre nadie que haya contribuido tanto al mundo de los frikis y a la vez sea él mismo un friki de primer orden. Porque, a quién sino a él se le podía ocurrir pensar en qué pasaba con los obreros que reconstruían la Estrella de la Muerte cuando la Alianza Rebelde la hace volar por los espacios. Debía de haber cientos de miles de obreros inocentes ahí. Desde luego tras esta reflexión yo ya no puedo ver El Retorno del Jedi con los mismo ojos.

Kevin Smith debutó como director y guionista en 1994 con la aclamada Clerks. Una cinta independiente y casi minimalista que se basaba principalmente en unos diálogos inteligentes, frikis, frescos y con un sentido del humor bastante gamberro. En seguida se convirtió en un clásico del cine indi, generando su respectiva legión de seguidores, y además marcó lo que sería la constante en su cine, tanto en temática como en actores, que son todos más o menos los mismos a lo largo de toda su filmografía. Mención especial para el personaje secundario de Bob el Silencioso, encarnado por el propio Kevin Smith, que será recurrente en todas sus películas.

Su segunda película fue Mallrats, que si bien está muy valorada por sus fans, en mi opinión no es tan buena como Clerks. Básicamente es más de lo mismo pero sin la chispa de la primera, y quizá llevando los chistes soeces un poco más allá, lo cual para mí no es que sea un punto a su favor. Lo más destacable es la reaparición de los personajes Jay y Bob el Silencioso, que son de lo más divertidos, y que comienzan ya a marcar una continuidad en el cine de Smith que da la impresión, sin ser del todo así, que cada película es como un capítulo más de una tira de cómics. Y hablando de cómics, destacar el cameo de Stan Lee, el creador de los 4 Fantásticos, Spider-Man, Hulk o los X-Men, entre otros personajes de Marvel. ¿Habrá algo más freak?

Tras éste llega su tercera entrega: Persiguiendo a Amy. Para mí sin duda su mejor película hasta la fecha. Continua con su estilo basado en los diálogos, en ésta algunos realmente geniales, y en sus personajes recurrentes. Pero Persiguiendo a Amy tiene algo más porque no es, del todo, ese tipo de cine gamberro marca de la casa, y aunque al principio pueda parecer una peli machista, en realidad es todo lo contrario, llegando a reflejar muy bien los prejuicios y la estupidez en en muchos casos nos caracteriza al género masculino. Por supuesto la película es divertidísima.

A partir de aquí la calidad de su cine comienza a caer en picado. Dogma, su cuarta película, es una paranoia sin pies ni cabeza cuyo fin es hacer una parodia sobre la religión. Una vez más repiten actores y personajes con la incorporación de Matt Damon. Siguiendo en su línea lo cierto es que los chistes ya no tienen tanta gracia y la parodia religiosa es desde luego excesiva y ridícula. No me gustó.

A Dogma le sigue Jay y Bob el Silencioso Contraatacan. El título hace clara referencia a la segunda parte de StarWars y lo dice todo. Más de lo mismo. Cine de "caca, culo pedo, pis" y de gags no muy afortunados en su mayoría. La película se sostiene básicamente en auto-referencias a su propio cine y cameos de los actores que han pasado por sus películas, además de otros de famosos del mundo friki como Carrie Fisher y Mark Hamill o los directores Wes Craven y Gus Van Sant. Para ser justos la película está entretenida y tiene sus momentos, pero es sólo para incondicionales, y en cualquier caso demuestra un agotamiento de ideas y de todo su estilo de cine en general.

Al parecer el hacer un film con Jay y Bob como personajes principales, además de hacer desfilar por la pantalla a casi todos los actores que habían pasado por todas sus películas anteriores, tenía como objetivo dar una especie de colofón a esa etapa de su cine para emprender otro camino. Prueba de ello es Una Chica de Jersey, una comedia romántica bastante típica, con algún diálogo que recuerda al Kevin Smith de siempre, pero en general algo sosa y ñoña. Una vez más si algo tiene gracia son los cameos de famosos: es lo que tiene ser un director con muchos colegas. Eso sí, por primera vez no aparecen los mismos personajes (aunque sí repiten actores, como siempre) y la trama es totalmente independiente del resto de su filmografía anterior. Está claro que el director y guionista pretendía con esta película dar por fin un giro a su carrera. Da un poco la impresión de que, a pesar de ser un icono indi como director, siempre ha querido salirse de ese rol y entrar en una dinámica más comercial (véase su monólogo sobre cuando estuvo a punto de dirigir la nueva entrega de Superman).

Sin embargo Jersey Girl no era lo que se esperaba de Smith, y fue tanto un fracaso de crítica como de público. Y parece ser que esta caída en picado lo ha llevado a volver al redil, a hacer lo que mejor sabe: olvidarse de experimentos y rodar Clerks II. Es decir, más de lo mismo otra vez. Vuelta a la más que trillada fórmula de siempre. Y, por su puesto, el regreso de todos los personajes de su cine, incluídos Jay y Bob de los que se dijo que, tras la película que lleva su nombre, no volverían a aparecer. Para mí, a priori, esto es señal de que este hombre ya ha dado de sí todo lo que es capaz de dar, y ahora se limita a exprimir la gallina de los huevos de oro mientras la pobre aguante, y a sacarse un sobresueldo dando conferencias, que si bien son graciosas, parece que es para lo que se va a quedar el que ha sido uno de los directores más transgresores de la pasada década.

Ahora bien, hay una luz al final del túnel. Y es que, a pesar de la mala impresión que me da el camino que lleva su cine, resulta que en la premiere de Clerks II en Cannes, Kevin Smith se ha llevado una ovación de más de ocho minutos, que se dice pronto. Algo muy poco visto en este festival. Esto desde luego hace que me replantee mi opinión preconcebida de su última película: habrá que verla.

domingo, mayo 28, 2006

Sums are not set as a test on Erasmus

La última de película de Todd Solondz, Palíndromos, me ha dejado realmente desconcertado. No sabría decir si es un bodrio o una obra maestra. Es original en la forma y cien por cien Solondz en el fondo. Realmente tengo curiosidad por saber qué tipo de infacia tuvo este hombre.

Por supuesto, como todo su cine, Palíndromos no es apta para todos los públicos. Es más, posiblemente sea la más dura de sus cuatro películas. Su dureza radica en lo explícita que es para mostrar la podrida realidad que hay detrás de la doble moral de la sociedad que el director se empeña en retratar película tras película.

Palíndromos cuenta la odisea de Aviva, una adolescente, casi una niña, empeñada en ser madre. Un viaje de ida y vuelta a los infiernos para... ¿quedarse igual que al principio? ¿O no? ¿La gente cambia o siempre termina en el mismo sitio donde empezó? La película desde luego da que pensar, pero a mí no me ha quedado claro cuál es el mensaje que el director quiere transmitirnos, ni cuál es el sentido que los recursos narrativos que utiliza para ello. En cualquier caso esta película no puede dejar frío ni indiferente a nadie, y eso ya es un valor en el mundo de lo políticamente correcto en que vivimos. Yo aún le sigo dando vueltas.

Para mí Solondz es el Marilyn Manson del cine actual. De hecho sus películas me recuerdan a menudo un verso de este último (cuando aún decía cosas interesantes) con el cual creo que se puede resumir todo su cine: "you've poisoned all of your children to camouflage your scars".

Con tan sólo cuatro películas en su haber hay por lo menos dos cosas claras que decir con respecto al cine de Todd Solondz. Una: que es monotemático. El argumento básico de su film debut, Bienvenidos a la Casa de Muñecas, es el mismo que marca la línea argumental del resto. Y la otra es que es bastante irregular. Si su primera película fue un inicio más que interesante, y la siguiente, Happiness, una obra maestra (no se puede decir otra cosa de esa película); la anodina Storytelling, su tercera obra, supuso desde luego un bajón importante.

Con Palíndromos el director nos vuelve a sorprender y a revolvernos las tripas con su corrosiva crítica social y su más que negro sentido del humor, pero a la misma vez nos demuestra que no va a volver a haber otra Happinnes. Lástima, porque ahí tocó techo, sin duda. ¿Hasta cuándo podrá exprimir el mismo tema recurrente sin agotarse? El tiempo dirá.

De momento yo me la apunto para volver a verla más adelante a ver si le acabo de pillar el punto, y la recomiendo a todos aquellos que no tengan problemas de estómago.

sábado, mayo 20, 2006

Ar sú de Graná

Hace tiempo que oí hablar de esta película, la del inglés que vivió una temporada en un pueblecito de Granada; pero no ha sido hasta ahora que la he visto. En su momento el argumento me llamó la atención pero lo cierto es que me olvidé de su existencia. Para ser sincero, he dado con ella buscando las películas en las que ha participado Verónica Sánchez, la de los Serrano, que tras ver El Calentito (inesperadamente entretenida) me dio por ahí.

Al Sur de Granada, de Fernando Colomo, está libremente basada (como en los propios créditos se explica) en la vida real de Gerald Brenan, un inglés culto, escritor de vida aventurera, que participó en la I Guerra Mundial y que era miembro de los círculos intelectuales ingleses más prestigiosos, de los que formaban parte gente como Bertrand Russell, Wittgenstein, Keynes o Virginia Wolf. Ésta última, junto a su esposo, vinieron en alguna ocasión a visitarlo cuando se encontraba en España. Y es precisamente en su estancia en Yegen, un pueblo al sur de Granada, donde se centra la historia que nos relata Colomo.

El papel de Gerald lo hace el inglés Matthew Goode (el pijo rico de Match Point). Verónica Sánchez encarna a Juana, la mozica de la que se enamora el escritor. Además de los dos personajes prota- gonistas nos encontramos con un desfile de secundarios como son Guillermo Toledo, Antonio Resines, Ángela Molina y hasta Bebe (malo, malo, malo ereh) en un pequeño papel, si no me equivoco, antes de su éxito con el disco Pafuera Telarañas.

Los actores en general están correctos. Resines y Toledo en el papel de Resines y Toledo respectivamente. Y Ángela Molina, aunque tiene un papel pequeño, como siempre está estupenda. El pero es que quedan todos un poco forzados al intentar imitar ese acento andaluz cerrado de la época. O esa impresión me da a mí. Igual es simplemente que estoy tan acostumbrado a oírlos hablar sin acento que me choca. De todas formas, aunque el resultado en ese aspecto pueda quedar un poco caricaturesco, valoro el esfuerzo que seguramente han tenido que hacer.

Mención especial merece Verónica Sánchez que, en mi opinión, está espléndida. No es que sea una interpretación perfecta, pero sí que me ha sorprendido la faceta de actriz seria de esta chica (lo de la tele no cuenta). Clava su personaje de granaína (menos cuando baila, todo hay que decirlo). Toda una mujer morena de Julio Romero de Torres, a lo Naranjas y Limones.



La ambientación de la Andalucía miserable, atrasada y caciquil de la época, donde los señoritos eran los señoritos, está muy conseguida. Sin embargo la narración es un tanto irregular, dando la impresión en algunos momentos de que no lleva ninguna parte. Otra pega que le veo (sólo desde el punto de vista cinematográfico, claro) son los desnudos que, según mi criterio, no están en su mayoría justificados. Colomo no se ha resistido al reclamo publicitario que es el morbo de ver a la de los Serrano como Dios la trajo al mundo. Pero en fin, supongo que algo hay que hacer para que la gente vaya al cine a ver películas españolas, y si funcionó en la época de Pajares y Esteso...

De Fernando Colomo no he visto muchas obras. A parte de ese icono de la dorada década de los ochenta que es Bajarse al Moro, sólo he visto sus tres últimas películas. Cuarteto de la Habana me pareció normalita, pero Los Años Bárbaros sí que la recuerdo con agrado.

Al Sur de Granada no es que sea una gran película, pero sí que es una pequeña joya sin demasiadas pretensiones, lo cual se agradece (abajo el cine pedante y melodramático tipo Isabel Coixet). Es de ésas que se dejan ver y que, a pesar de sus defectos (no se le puede pedir más al cine patrio tal y como está), al final te dejan muy buen sabor de boca. Para mí el balance en conjunto de la película, desde luego, al final ha sido positivo. Tanto que después he estado un rato dándole vueltas y hasta me he animado a escribirle un post.

De lo mejor que he visto en el cine español de los últimos años.

viernes, mayo 19, 2006

Una historia de... ¿Cronenberg?

Viendo Una Historia de Violencia no puedo más que preguntarme si es realmente una película de David Cronenberg, porque no lo parece. Igual es que tiene un hermano gemelo y han dado el cambiazo, como dicen que pasó con Elvis, que murió en un accidente en la guerra y que a partir de ahí lo sustituyó su hermano gemelo, y de ahí toda la etapa de Las Vegas. En fin, no lo sé, pero lo que quiero decir es que me ha sorprendido gratamente.

El cine de este director siempre me ha producido sensaciones contrapuestas. Pasa de hacer Scanners, una peli de horror que roza la serie B, por supuesto adorada por los frikis del género; a realizar La Zona Muerta, una de las pocas adaptaciones decentes al cine de un libro de Stephen King. O de hacer el remake de La Mosca, una película que me encanta, ochentera como ella sola, y que para mí supera a la original; a unos años más tarde hacer ese bodrio que es eXistenZ, también adorada por una legión de frikis.

Sin embargo, contra todo pronóstico, sus últimas películas cambian el chip hacia un cine de corte más clásico, y según mi opinión, más serio. ¿Se estará haciendo mayor o es que la teoría del hermano gemelo va a ser cierta?

Spider, protagonizada por Ralph Fiennes, aún manteniendo cierto toque made in Cronenberg, he de reconocer que me gustó. Su atmósfera extraña y su forma un tanto rebuscada de narrar la historia no nos impiden ver que estamos ante una película más convencional y menos truculenta de lo que el director nos tiene acostumbrados. Fiennes, en su papel de tarado, está correcto y la película, sin ser una obra maestra, queda resultona.

Es en Una Historia de Violencia donde desaparecen por completo los rasgos característicos del cine de Cronenberg, para ofrecernos una película sin gore y sin giros rebuscados. Al fin y al cabo una historia, rodada con pulso, ritmo y firmeza, sobre las personas. La historia es más bien plana, recordemos que está basada en un cómic, pero el director ha sabido darle la profundidad justa para que no quede superficial por defecto, ni pretenciosa por exceso. Es cierto que algunos personajes parecen caricaturas, quizá eso sea un lastre, pero para mí está compensado con la caracterización de la familia protagonista, los cuales me parecen, hasta donde la historia lo permite, muy creíbles e interesantes. Tanto Viggo Mortensen como María Bello y los niños están muy bien en sus respectivos roles. Quizá la protagonista de la historia no sea la violencia, y ésta no sea más que el vehículo para narrar otras cosas.

Sin ser la octava maravilla, he de decir que me ha gustado, y que me sumo a los que opinan que quizá ésta sea su mejor película. La pregunta es: ¿es buena porque es de Cronenberg? ¿O es buena precisamente porque Una Historia de Violencia es una película que no parece de David Cronenberg?

lunes, mayo 15, 2006

No me creo lo que veo

Iluso de mí, ayer no se me ocurre otra cosa que decir: "a ver qué ponen en la tele". Así que repaso el programa canal por canal, a cual peor. Pero de pronto, una luz en el camino, un oasis en el desierto: "vaya, si ponen Matrimonio con Hijos en Cuatro". Así que raudo y veloz corro a poner el nuevo canal del PSOE y me encuento con... ¡una versión española de la serie original!

Se me cayeron los ojos. No podría creer lo que veía. En un decorado calcado al de Married with Children unos actores españoles, vestidos y peniados exactamente igual que Al (Ed O'Neill) y Peg Bundy (Katei Sagal) en los 80's, se dedicaban a imitarlos burdamente. Eso sí, con los castizos nombres de Fran y Lola (los Camacho). Por supuesto las intepretaciones eran penosas y los chistes sin gracia. Aunque seguramente sí que tenían gracia, porque lo más probable es que hayan sido copiados litieralmente de la serie norteamericana, pero en el contexto de esta adaptación todo suena cutre y ridículo. Todo esto aderezado con unas risas en la lata (han copiado hasta lo peor) completamente descompasadas con lo que ocurría en escena.

No puedo entender qué razones pueden llevar a una productora y a una cadena de televisón a realizar un sacrilegio así. Married with Children (lo escribo en inglés para diferenciarla del bodrio patrio) ha sido una de las series más ácidas y brillantes de la historia de la televisión. Su sentido del humor cáustico, sacástico y demoledor con los valores establecidos de la familia y del american dream, nos ha hecho a algunos partirnos de risa durante muchos años. Pocas series han podido rivalizar con ésta en mala leche. Y ahora esta burda copia ha convertido toda esa genialidad en un subproducto zafio y vulgar.

Married with Children dejó de grabarse en 1997 tras 10 años de emisión. Nuestro Matrimonio con Hijos made in Spain no durará tanto, sin duda. Así que si alguien quiere ver este documento histórico para comprobar lo bajo que puede caer la televisión en España, si cabe, que se dé prisa.

sábado, mayo 13, 2006

(No tan) Escondido

Después de ver el despropósito que es Código Desconocido me resistía a ver otra película de Michael Haneke, pero movido por los recuerdos de La Pianista al final me decidí a ver Caché (Escondido).

Bien, la película es interesante de ver, que vaya eso por delante. Aunque quizá tras Código Desconocido cualquier cosa me parece buena, quién sabe. Si bien es algo lenta en algunos momentos (es cine europeo) y con un abuso algo irritante de los planos fijos, no es menos cierto que mantiene el interés por el misterio escondido durante todo el desarollo.

Pero lo que más me llama la atención es la copia descarada, si fuera una película de Amenabar lo llamaríamos "homenaje", que Haneke hace del cine de David Lynch tanto en el fondo como en la forma. Para empezar Caché, en ciertos aspectos, es calcada a Carretera Perdida, pero calcadita. Y en el fondo, según mi interpretación, el mensaje es el mismo que impregna todo el cine de Lynch en general, aunque a mí me recuerda especialmente en cierta medida a Terciopelo Azul. Por supuesto esas son las únicas similitudes, Haneke carece de la chispa del director norteamericano y es incapaz (porque no sabe o porque no quiere, eso ya es otra cuestión) de generar esa fascinación en el espectador que Lynch transmite en sus películas y que, aun en algunos momentos sin acabar de entenderlas del todo, nos atrapa irremediablemente.

En cuanto al final, pues según se mire. Si no lo pillas acabarás pensando que toda la película es una tomadura de pelo. Si lo pillas todo cobrará algo más de sentido, aunque quizá no mucho.

Casi mejor no entender el final.

miércoles, mayo 10, 2006

Piñazo

Por fin he visto la ganadora del Oscar a la mejor película de este año: Crash (subtitulada en España como "Colisión", aunque yo le hubiera puesto sin dudarlo "Piñazo", total, cosas peores se han hecho con los títulos). Antes de que ganara el Oscar ya tenía interés en verla, puesto que me habían hablado muy bien de ella y las críticas eran buenas. Pero reconozco que ahora lo que más me interesaba era saber si era tan buena como para merecerse el premio y, sobre todo, si realmente era mejor que Brokeback Mountain y Buenas Noches, y Buena Suerte.

La respuesta a todas esas preguntas es un rotundo NO. Crash es la típica película en la que se cuentan varias historias paralelas que se entrecruzan en un punto. Ya cansa, la verdad. Señores directores y productores de cine: Vidas Cruzadas fue precursora e interesante, Magnnolia llevó ese tipo de películas a lo máximo que podían dar de sí, pero ya basta, no insistan en ese género porque aburre.

Aunque también es cierto que si la película está bien hecha, narrarla como un cruce de historias separdas puede ser un recurso tan bueno como cualquier otro. 11:14 - Destino Fatal (otro subtítulo made in Spain para olvidar) es un buen ejemplo de film que aun siguiendo este patrón tan manido obtiene un resultado más que aceptable. Y aunque las críticas la pusieron verde porque, según ellos, las historías no tenían miga, quizá fue precisamente eso lo que hizo que a mí me gustara: no era tan pretenciosa como otras.

Crash es lo opuesto a 11:14. Tan típica que aburre, tan pretenciosa que desespera. Es decir, todos los ingredientes para triunfar en los Oscars. Es un alegato contra el racismo y a favor de la tolerancia. Para ello el director y guionista, Paul Haggis, aborda el mismo problema desde los distintos puntos de vista de cada historia, para llegara la conclusión de que ni los buenos son tan buenos ni los malos tan malos, ni los que se dicen tolerantes lo son tanto, ni los que, en principio, parecen unos racistas son tan malas personas. Encomiable. Pero lo cierto es que el resultado, además de aburrido, se queda a medio camino de ningún sitio. La moraleja queda clara en seguida y el resto de la película se hace superfluo e innecesario. Eso sí, Haggis apela a la sensiblería siempre que puede, como ya hizo con el guión de la sobrevalorada Million Dollar Baby.

La Academia de Hollywood, que tan bien había quedado con una lista de nominados realmente impresionante, la ha cagado totalmente con Crash. Demostrando una vez más lo conservadora que es y cometiendo una terrible injusticia con las demás candidatas a la mejor película que seguro de cualquiera de ellas se lo merecía más.

domingo, mayo 07, 2006

Qué noche la de aquel año, hoy: el Rey del Pollo Frito

Gracias a los avances de la tecnología del futuro en comunicaciones de este país, es decir, la TDT, el otro día acabé volviendo al pasado y viendo un rato aquel pograma que presentaba Miguel Ríos, allá por mediados de los 80's: Qué noche la de aquel año. Aparte de ver a un Wyoming hecho un chaval, lo que realmente me hizo quedarme a verlo es que ese episodio en concreto estaba dedicado al rey del pollo frito: Ramoncín. Ahí es nada.

He de ser sincero y tengo que reconocer que de este personaje conozco mejor sus opiniones políticas (gracias a Crónicas Marcianas) y sus cualidades como presentador de concursos (gracias al Lingo), que sus canciones, de las cuales sólo sé de un par, dos literalmente, que también es verdad que no están mal del todo. Me refiero por su puesto a Litros de alcohol y a Como un susurro.

Pues bien, gracias al canal éste de TVE que se dedica a rescatar programas en conmemoración de sus 50 años de existencia (para eso aprovecha la cadena pública la TDT), pude asistir al documento histórico que es ver un concierto de Ramoncín en 1987. Lamentable. Ya no recordaba lo macarrilla que es este tío en el escenario. Un chuloputas del tipo que me ponen enfermo, ¿Y las canciones? Penosas. Las letras realmente tontas incluso para la época, y la música como hecha por niños de preescolar. Daba vergüenza ajena ver a hombres hechos y derechos haciendo como que tocan algo cañero, con coreografía de rockeros incluida, cuando apenas tocaban un acorde soso y sin fuste. Por no hablar de la voz. Ramoncete, hombre, si no sabes cantar y la naturaleza no te ha dado voz para hacerlo, ¿pa' qué te metes?

Claro que viendo este tipo de documentos es como uno acaba entendiendo mejor la evolución de este personajillo: de rey del pollo frito a azote de piratas (y lo que no son piratas, es decir, la mayoría) al servicio de la **** SGAE, pasando por presentador de concursos y aguerrido tertuliano profesional. Un hombre polifacético, vamos. Y es que cuando no vales para cantar de algo hay que vivir, y a algo hay que agarrarse.

Y así se explica cómo alguien que incluía en sus letras frases provocadoras que incitaban a quemar los libros, a largarse de casa y a romper las reglas establecidas, haya acabado formando parte de la junta directiva de una organización mafiosa como la SGAE, y se dedique a perseguir a sus propios fans (cuando los tenía, supongo que ya no) y a criminalizarlos, convirtiéndose en el más acérrimo defensor del canon en los CDs (y con la nueva ley que se está cociendo en muchos más soportes), así como en un beligerante opositor de las redes de intercambio, que tanto mal hacen a las mafias, pero tanto bien hacen a la cultura, a los artistas y compompositores, y a la sociedad en general.

Pero la gente no es tonta, y acaban calando al reaccionario que hay detrás del punki (en mi opinión es así en la mayoría de los casos). Y eso se pudo ver en el reciente Viña Rock 2006, donde nuestro héroe se vio obligado a suspender el concierto ante las "protestas" (por decirlo suavemente) del público y los gritos de "puta SGAE". El público ya no te quiere. A joderse, por cabrón.

Para terminar por donde empecé, y como anécdota, sólo quiero señalar que Miguel Ríos en su programa, en un tono muy orgulloso de lo que decía, presentó a Ramoncín definiéndolo, entre otras cosas, como "coleccionista de discos piratas de Bruce Springteen" (sic). Alguien debería recuperar este documento porque vale su peso en oro.

lunes, mayo 01, 2006

You motherfuckers you'll sing someday

Los Dresden Dolls tienen nuevo disco: Yes, Virginia. Descubrí este grupo porque hicieron de teloneros de Nine Inch Nails en la primera etapa de su gira del disco With Teeth. Los echuché y sinceramente me impresionaron.

El dúo compuesto por Amanda Palmer a la voz y al piano, y Brian Vigilione a la batería y, ocasionalmente, a la guitarra, tiene un sonido característico como pocos y realmente interesante. Desde el principio me llamó mucho la atención cómo conseguían con tan sólo dos intrumentos crear canciones tan ricas en texturas. Y es que, al contrario de lo que sería lo más evidente, no es el piano el que llena las canciones, sino que es la batería la que lleva todo el peso y dota de matices a los temas.

No hay que desperdiciar ninguna oportunidad de ver un vídeo o directo de este grupo, es un disfrute ver tocar la batería a Brian, del que, por supuesto, me hice en seguida fan absoluto. Con esto no quiero menospreciar el mérito de Amanda Palmer, que es la cantante y compositora de todas las canciones, y además bastante buena en su instrumento.

Su estilo, punk cabaret como lo llaman algunos, está por un lado claramente influenciado por la estética de la República de Weimar, en la que se inspiran para su vestuario y su maquillaje, lo que les da cierto aspecto gótico; y por el lado musical yo diría que se reconoce claramente la influencia de Tori Amos (aunque quizá el protagonismo del piano me despiste) y puede que de PJ Harvey en la forma de cantar.

Su disco de debut, del mismo nombre del grupo, es una auténtica joya. Temas como Girl Anachronism, Coin-Operated Boy, Half Jack o The Jeep Song forman ya parte inseparable de mi memoria musical. Lo habré escuchado como mil veces desde que lo tengo. Con Yes, Virginia me han bastado dos o tres escuchas para pillarle el gusto. Más maduro que el anterior, si bien no tiene hits como Girl Anachronism, sí que se puede decir que en conjunto la calidad de los temas que lo componen es superior.

Su primer single, Sing, aunque más comercialillo en la música de lo que es normal en ellos, es una perfecta muestra de la buena salud de que goza este grupo. Cuando dentro de unos, pocos, años sean clásicos acabaré fanfarroneando de haberlos seguido desde el principio, como es de rigor. Mientras tanto dejo aquí su último vídeo a modo de botón de muestra. (Nótese que la letra está censurada, no he encontrado una versión virgen).



Como no todo pueden ser alabanzas incondicionales, para ser justo he de decir que su estilo, aunque original y carismático, también es en principio muy limitado. Yes, Virginia ha apostado por la continuidad, lo que es lógico y normal: repetir la fórmula, sobre todo si funciona, y darle a los fans lo que esperan. Por mí encantando. Pero es cierto que correrían el peligro de agotarse si siguieran en el futuro por el mismo camino sin plantearse reinventarse a sí mismos.

En cualquier caso, hoy por hoy, yo sigo pensando que estamos ante uno de los grupos emergentes más originales e interesantes del panorama musical, y que tenemos Dresden Dolls para rato.