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miércoles, mayo 10, 2006

Piñazo

Por fin he visto la ganadora del Oscar a la mejor película de este año: Crash (subtitulada en España como "Colisión", aunque yo le hubiera puesto sin dudarlo "Piñazo", total, cosas peores se han hecho con los títulos). Antes de que ganara el Oscar ya tenía interés en verla, puesto que me habían hablado muy bien de ella y las críticas eran buenas. Pero reconozco que ahora lo que más me interesaba era saber si era tan buena como para merecerse el premio y, sobre todo, si realmente era mejor que Brokeback Mountain y Buenas Noches, y Buena Suerte.

La respuesta a todas esas preguntas es un rotundo NO. Crash es la típica película en la que se cuentan varias historias paralelas que se entrecruzan en un punto. Ya cansa, la verdad. Señores directores y productores de cine: Vidas Cruzadas fue precursora e interesante, Magnnolia llevó ese tipo de películas a lo máximo que podían dar de sí, pero ya basta, no insistan en ese género porque aburre.

Aunque también es cierto que si la película está bien hecha, narrarla como un cruce de historias separdas puede ser un recurso tan bueno como cualquier otro. 11:14 - Destino Fatal (otro subtítulo made in Spain para olvidar) es un buen ejemplo de film que aun siguiendo este patrón tan manido obtiene un resultado más que aceptable. Y aunque las críticas la pusieron verde porque, según ellos, las historías no tenían miga, quizá fue precisamente eso lo que hizo que a mí me gustara: no era tan pretenciosa como otras.

Crash es lo opuesto a 11:14. Tan típica que aburre, tan pretenciosa que desespera. Es decir, todos los ingredientes para triunfar en los Oscars. Es un alegato contra el racismo y a favor de la tolerancia. Para ello el director y guionista, Paul Haggis, aborda el mismo problema desde los distintos puntos de vista de cada historia, para llegara la conclusión de que ni los buenos son tan buenos ni los malos tan malos, ni los que se dicen tolerantes lo son tanto, ni los que, en principio, parecen unos racistas son tan malas personas. Encomiable. Pero lo cierto es que el resultado, además de aburrido, se queda a medio camino de ningún sitio. La moraleja queda clara en seguida y el resto de la película se hace superfluo e innecesario. Eso sí, Haggis apela a la sensiblería siempre que puede, como ya hizo con el guión de la sobrevalorada Million Dollar Baby.

La Academia de Hollywood, que tan bien había quedado con una lista de nominados realmente impresionante, la ha cagado totalmente con Crash. Demostrando una vez más lo conservadora que es y cometiendo una terrible injusticia con las demás candidatas a la mejor película que seguro de cualquiera de ellas se lo merecía más.

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