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sábado, mayo 13, 2006

(No tan) Escondido

Después de ver el despropósito que es Código Desconocido me resistía a ver otra película de Michael Haneke, pero movido por los recuerdos de La Pianista al final me decidí a ver Caché (Escondido).

Bien, la película es interesante de ver, que vaya eso por delante. Aunque quizá tras Código Desconocido cualquier cosa me parece buena, quién sabe. Si bien es algo lenta en algunos momentos (es cine europeo) y con un abuso algo irritante de los planos fijos, no es menos cierto que mantiene el interés por el misterio escondido durante todo el desarollo.

Pero lo que más me llama la atención es la copia descarada, si fuera una película de Amenabar lo llamaríamos "homenaje", que Haneke hace del cine de David Lynch tanto en el fondo como en la forma. Para empezar Caché, en ciertos aspectos, es calcada a Carretera Perdida, pero calcadita. Y en el fondo, según mi interpretación, el mensaje es el mismo que impregna todo el cine de Lynch en general, aunque a mí me recuerda especialmente en cierta medida a Terciopelo Azul. Por supuesto esas son las únicas similitudes, Haneke carece de la chispa del director norteamericano y es incapaz (porque no sabe o porque no quiere, eso ya es otra cuestión) de generar esa fascinación en el espectador que Lynch transmite en sus películas y que, aun en algunos momentos sin acabar de entenderlas del todo, nos atrapa irremediablemente.

En cuanto al final, pues según se mire. Si no lo pillas acabarás pensando que toda la película es una tomadura de pelo. Si lo pillas todo cobrará algo más de sentido, aunque quizá no mucho.

Casi mejor no entender el final.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, no la he visto así que opinaré de Haneke en general :D

Imagina por un momento que Lynch hubiese filmado La Pianista. Yo creo que se hubiese ido por ramas esteticistas (tenebrosas, pero esteticistas), o que quizás le hubiese dado unas vueltas de tuerca a la psicología de los personajes, que la novela no contiene ni la historia requiere. Hacía falta un Haneke, con esa frialdad desnuda a la hora de narrar una historia (por macabra que sea). Muy propia, sí, del cine europeo (y sobretodo del centroeuropeo y nórdico).

El problema es querer comparar al uno con el otro, incluso en el caso de que uno se compare al otro voluntariamente (usando una historia similar). Son directores que cuentan las cosas de formas distintas y alcanzan resultados diferentes. Haneke parece querer hacerte consciente de que tú sólo eres un espectador y de que no participas de la historia, quizás para que tengas los elementos de juicio en su sitio (no lo sé), y Lynch es todo lo contrario: busca sumergirte, busca generar en ti las sensaciones de su película... Es psicoanálisis en estado puro, casi :p

O no sé, así lo veo yo ¬¬

vladimiro dijo...

Yo no pretendo compararlos como directores. Para mí está claro que son completamente diferentes, incluso opuestos como tú dices.

Lynch no podría hacer hecho La Pianista de Haneke, como Haneke no podría haber hecho Terciopelo Azul de Lynch.

Ahora bien, lo que yo digo es que, en concreto, Haneke toma descaradamente elementos del cine le Lynch en Caché. Ya me dirás cuando lo veas.

En cualquier caso, ya sé que no son comparables y bla, bla, pero para mí Lynch es infinitamente superior.

Así lo veo yo :)