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domingo, mayo 07, 2006

Qué noche la de aquel año, hoy: el Rey del Pollo Frito

Gracias a los avances de la tecnología del futuro en comunicaciones de este país, es decir, la TDT, el otro día acabé volviendo al pasado y viendo un rato aquel pograma que presentaba Miguel Ríos, allá por mediados de los 80's: Qué noche la de aquel año. Aparte de ver a un Wyoming hecho un chaval, lo que realmente me hizo quedarme a verlo es que ese episodio en concreto estaba dedicado al rey del pollo frito: Ramoncín. Ahí es nada.

He de ser sincero y tengo que reconocer que de este personaje conozco mejor sus opiniones políticas (gracias a Crónicas Marcianas) y sus cualidades como presentador de concursos (gracias al Lingo), que sus canciones, de las cuales sólo sé de un par, dos literalmente, que también es verdad que no están mal del todo. Me refiero por su puesto a Litros de alcohol y a Como un susurro.

Pues bien, gracias al canal éste de TVE que se dedica a rescatar programas en conmemoración de sus 50 años de existencia (para eso aprovecha la cadena pública la TDT), pude asistir al documento histórico que es ver un concierto de Ramoncín en 1987. Lamentable. Ya no recordaba lo macarrilla que es este tío en el escenario. Un chuloputas del tipo que me ponen enfermo, ¿Y las canciones? Penosas. Las letras realmente tontas incluso para la época, y la música como hecha por niños de preescolar. Daba vergüenza ajena ver a hombres hechos y derechos haciendo como que tocan algo cañero, con coreografía de rockeros incluida, cuando apenas tocaban un acorde soso y sin fuste. Por no hablar de la voz. Ramoncete, hombre, si no sabes cantar y la naturaleza no te ha dado voz para hacerlo, ¿pa' qué te metes?

Claro que viendo este tipo de documentos es como uno acaba entendiendo mejor la evolución de este personajillo: de rey del pollo frito a azote de piratas (y lo que no son piratas, es decir, la mayoría) al servicio de la **** SGAE, pasando por presentador de concursos y aguerrido tertuliano profesional. Un hombre polifacético, vamos. Y es que cuando no vales para cantar de algo hay que vivir, y a algo hay que agarrarse.

Y así se explica cómo alguien que incluía en sus letras frases provocadoras que incitaban a quemar los libros, a largarse de casa y a romper las reglas establecidas, haya acabado formando parte de la junta directiva de una organización mafiosa como la SGAE, y se dedique a perseguir a sus propios fans (cuando los tenía, supongo que ya no) y a criminalizarlos, convirtiéndose en el más acérrimo defensor del canon en los CDs (y con la nueva ley que se está cociendo en muchos más soportes), así como en un beligerante opositor de las redes de intercambio, que tanto mal hacen a las mafias, pero tanto bien hacen a la cultura, a los artistas y compompositores, y a la sociedad en general.

Pero la gente no es tonta, y acaban calando al reaccionario que hay detrás del punki (en mi opinión es así en la mayoría de los casos). Y eso se pudo ver en el reciente Viña Rock 2006, donde nuestro héroe se vio obligado a suspender el concierto ante las "protestas" (por decirlo suavemente) del público y los gritos de "puta SGAE". El público ya no te quiere. A joderse, por cabrón.

Para terminar por donde empecé, y como anécdota, sólo quiero señalar que Miguel Ríos en su programa, en un tono muy orgulloso de lo que decía, presentó a Ramoncín definiéndolo, entre otras cosas, como "coleccionista de discos piratas de Bruce Springteen" (sic). Alguien debería recuperar este documento porque vale su peso en oro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Super color scheme, I like it! Good job. Go on.
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