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jueves, febrero 26, 2009

¡Viva la Pepa!

Coldplay, un grupo que no me interesa en absoluto, han sido acusados por Joe Satriani de plagio, hasta tal punto que creo que va a ir a los tribunales. Según este último la canción Viva La Vida del grupo inglés es un plagio de su tema If I Could Fly. Así que yo, raudo y veloz, corrí a comparar ambas canciones a ver si efectivamente era así. Y a mi juicio desde luego que lo es. Descaradísimo.

Aquí entramos en el debate de qué es plagio y qué no. Hay quien dice, no sin cierta razón, que la mayoría de las canciones pop-rock se basan en las mismas progresiones de acordes y que, por lo tanto, si consideramos que una es un plagio tendríamos que hacerlo extensible a todas las demás. Para ejemplificar esto corre un vídeo por Internet de lo más esclarecedor, en el que sobre la misma progresión de cuatro acordes se cantan los estribillos de muchas canciones famosas. ¿Significa eso que se han plagiado los unos a los otros? No, y voy a explicar por qué.

Primero hay que diferenciar entre armonía, tempo, ritmo y melodía. La armonía es el armazón sonoro que sostiene a la melodía o melodías, mientras que tempo y ritmo son propiedades que aunque influyen mucho en el resultado final no cambian la esencia de la canción. Por eso se pueden hacer distintas versiones de una misma canción cambiando el tempo y el ritmo, pero no significativamente la armonía y la melodía, porque si no dejaría de ser el tema original, sería otra cosa.

La armonía tiene sus reglas estudiadas desde hace cientos de años y de una precisión matemática. Hay cosas que funcionan y cosas que no. Por ejemplo, en una escala tonal típica de ocho notas, la sucesión de los acordes mayores I, IV y V siempre queda bien. ¿Adivináis de qué progresión se trata? Efectivamente, casi todos los blues y los rock'n'roll se pueden tocar únicamente con esos mismos tres acordes. Otro ejemplo es el de los cuatro acordes del vídeo que he mencionado antes, que en definitiva no es más que una extensión de la progresión anterior añadiéndole la VI menor, que es el acorde relativo de la tonalidad (I) y estrechamente ligado a esta. Un ejemplo más, un pelín más complejo -lo cual no es decir mucho-, es el famoso canon de Pachelbel, os sorprendería ver cuántos temas de pop-rock se basan, nota por nota, en dicha obra.

Pero, ¿por qué digo que esto no es plagio? Pues bien, porque lo maravilloso de la música es que sobre unas -hasta cierto punto- sencillas reglas comunes, en este caso las de la armonía, se pueden construir infinidad de melodías diferentes, y cuando digo infinidad lo digo literalmente. Aunque es cierto que en concreto el blues y el rock'n'roll son estilos que se mueven en lugares comunes con pocas variaciones, lo cierto es que más allá de eso, desde Dylan y los Beatles hasta U2 y Radiohead -por nombrar algunos-, se han basado en las mismas progresiones y nadie diría que se plagian los unos a los otros. Todo lo más, y en algún caso sería cierto, que se inspiran un poco de más.

La clave pues está en la melodía. De hecho una misma melodía puede tener distintas armonías y aún así seguirá siendo la misma. Pero al revés no pasa, una misma progresión armónica con distintas melodías son cosas diferentes, se mire como se mire.

Y vuelvo a la polémica entre Satriani y Coldplay. Estos últimos en su tema Viva La Vida copian nota por nota no sólo la armonía -eso sí, la cambian de tonalidad, qué listos-, sino que también lo hacen con la melodía en uno de los plagios más descarados que he visto en mucho tiempo.

La verdad es que -y esto daría para otro post- vivimos una de las épocas menos imaginativas en lo que a música pop-rock se refiere. Una lástima.

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