Escuchando...

martes, febrero 24, 2009

La línea del horizonte, punto por punto

Tengo que reconocer, manque me pese, que me está gustando lo nuevo de U2. Por lo menos, y en una primera escucha, no me está sonando a música de ascensores, como sus dos anteriores discos. Eso no quiere decir que no le encuentre pegas y que no me vaya a explayar con ellas en este post.

No Line On The Horizon empieza bien con el corte que da título al álbum, una canción machosilla y roquera, eso sí, basada casi exactamente en el mismo riff de guitarra de The Fly pero aquí en segundo plano, para que no se note mucho; y con un estribillo más lento y algo melancólico que rompe de forma bastante acertada la dinámica de la canción. Buena.

Le sigue Marnificent, el típico tema popero made in U2, con la típica guitarra de The Egde y el típico estribillo hablando del amor. La canción es resultona, para qué nos vamos a engañar, desde luego saben cómo aplicar la fórmula mejor que nadie, pero riesgo cero. De momento no se ve por ninguna parte el cambio de rumbo que algunos auguraban para este disco.

El tercer tema es a priori el más interesante de No Line On The Horizon y el destinado a ocupar el honor de ser La Balada del álbum. Ahora bien, una balada de siete minutos y medio de duración, lo que se sale un poco de los estándares más comerciales, no recuerdo que hayan hecho algo similar desde la inefable Lemon. Este tema es desde el principio bastante atmosférico -se nota mucho la mano de Brian Eno-, y quizá uno de sus aciertos sea el riff de Adam Clayton al bajo. Por lo demás buenas estrofas y buen estribillo, pero al fin y al cabo Moment Of Surrender no es nada que U2 no haya hecho cien veces antes.

Unknown Caller es una canción que perfectamente podría haber estado en los discos de la banda de primeros de los ochenta. Una vez más los típicos arpegios de The Edge son la base de un estribillo bastante pegadizo. A tener en cuenta.

El quinto corte es el más popero y el que más me recuerda al anodino pasado reciente de la banda, perfectamente podría haber estado incluido en All That You Can't Leave Behind. Olvidable.

Y llegamos a Get On Your Boots, el primer single y el más cañero del disco. A mí me deja sensaciones contrapuestas. Por un lado tiene algo que me gusta, pero por otro me parece un tanto forzado, como que había que hacer algo marchoso para el regreso de U2 al estilo Vertigo -aunque sin el ridículo del "un, dos, tres... catorce"-. Además, que a mí me recuerda algo al Muse, lo juro. No es el mejor tema del disco, eso seguro.

Stand Up Comedy empieza con un riff de lo más roquero por parte de The Edge, pero al fin y al cabo un tanto vulgar, porque yo mismo he tocado riffs similares en casa como calentamiento o como un juego, no pensándolos para una canción seria. En ese aspecto me suena un tanto setentero. Pero claro, si lo toca The Edge es que será bueno ¿no? Tendré que replantearme recuperar muchos riffs que he tirado a la basura por pensar que eran simplones.

Fez - Being Born rompe con tanto guitarreo y nos introduce en un tema mitad instrumental -el tito Eno no anda lejos-, mitad balada en medio tiempo. Y aunque de fondo se puede percibir, una vez más, el mismo patrón rítmico que en The Fly, este es uno de los temas menos comerciales y más interesantes del disco.

El disco termina con tres temas: White As Snow, una balada con aspiraciones a himno de lo mejorcito del álbum; Breathe un tema de pop-rock normalito; y Cedars Of Lebanon, un medio tiempo en el que Bono recita más que canta y con un buen estribillo. Con este último tema cierran el disco de una forma bastante contundente.

Lo que menos me ha gustado de este disco han sido las guitarras de The Edge, que son, en todos los casos, un quiero y no puedo. Porque se nota que quiere hacer algo distinto pero no consigue más que hacer más de lo mismo, y aburre ya. Y cuando intenta salirse de su estilo marcándose solos más o menos convencionales se queda a medio camino de ninguna parte. Muy lejos quedan riffs como los de With Or Without You, que te ponían los pelos de punta con unos pocos intervalos de dos notas repetidos hasta la saciedad.

Otra pega es que se nota claramente la influencia de Brian Eno pero siempre de forma muy sutil, de fondo en la canción o de introducción o coda en algún que otro caso. Pero suena como un añadido a la canción base de U2, y no como una producción consistente que envuelva cada uno de los temas y todo el disco en general, algo que sí hizo magistralmente en el genial Achtung Baby.

En resumen, quienes esperaran algo innovador o un cambio sustancial en U2 con este disco -yo creo que pocos- se llevarán un chasco, porque es más de lo mismo. Quieres esperen algún temazo como antaño -menos aún- que se olviden, eso no pasa desde Zooropa.

Dicho todo esto quiero concluir diciendo que a mí de momento me está gustando, con todos sus defectos. Y es que como he dicho al principio, en este caso, aún sin tener grandes temas, por lo menos no me suena a música de ascensores como los dos anteriores. O quizá es que me esperaba algo muy malo y ha superado mis expectativas.

Aunque ya sabemos lo que pasa, los discos que a uno le entran fácil aburren rápido. Veremos.

No hay comentarios: