Sobre Max Bruch

Puede que otros compositores se dieran cuenta de eso ya en sus tiempos. Cuentan las malas lenguas que Brahms se burló de él diciéndole que un organillero que tocaba en la plaza donde se encontraban le había plagiado su última obra. Resumiendo, que era lo que ahora entenderíamos por comercial, le daba a la gente lo que quería oír y poco más.
Pues bien, a pesar de eso no hace mucho que he descubierto su concierto para violín y he de decir que me encanta. Eso sí, romanticismo puro y duro, sin medias tintas. De sus tres movimientos de estructura típica, sobre todo el 2º y el 3º son geniales. Principalmente por la belleza y calidad de sus temas principales. El leivmotiv que es la columna vertebral de la obra aparece en sus tres partes con un brillo distinto en su desarrollo en cada una de ellas, demostrando que Max Bruch sabía muy bien lo que se hacía. No conozco muchas más obras suyas, la verdad, pero igual va a ser una lástima que no estén de moda.
Serialistas abstenerse.
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