Kevin Smith está de moda. Últimamente no paran de aparecer
youtubes suyos por todos los
blogs del mundo mundial. Parece ser que este hombre se ha dedicado a dar conferencias por ahí repletas de monólogos hilarantes, al parecer bastante improvisados, que ya quisiera Buenafuente para sí. Tenemos desde el que nos cuenta
la primera vez que
se acostó con su esposa, hasta el que nos habla de
su relación con la religión (a propósito de Dogma); pasando por
sus relaciones con Tim Burton y su experiencia con el proyecto de
Superman Lives (este último sin duda el más gracioso de todos). Todo un
showman.
Así que aprovechando su actualidad, por esta y otras razones que ahora comentaré, le voy a dedicar un post. Además, hace unos días celebramos el
Día del Orgullo Friki, y ahora mismo no se me ocurre nadie que haya contribuido tanto al mundo de los frikis y a la vez sea él mismo un friki de primer orden. Porque, a quién sino a él se le podía ocurrir pensar en qué pasaba con los obreros que reconstruían la
Estrella de la Muerte cuando la
Alianza Rebelde la hace volar por los espacios. Debía de haber cientos de miles de obreros inocentes ahí. Desde luego tras esta reflexión yo ya no puedo ver
El Retorno del Jedi con los mismo ojos.

Kevin Smith debutó como director y guionista en 1994 con la aclamada
Clerks. Una cinta independiente y casi minimalista que se basaba principalmente en unos diálogos inteligentes, frikis, frescos y con un sentido del humor bastante gamberro. En seguida se convirtió en un clásico del cine indi, generando su respectiva legión de seguidores, y además marcó lo que sería la constante en su cine, tanto en temática como en actores, que son todos más o menos los mismos a lo largo de toda su filmografía. Mención especial para el personaje secundario de
Bob el Silencioso, encarnado por el propio Kevin Smith, que será recurrente en todas sus películas.
Su segunda película fue
Mallrats, que si bien está muy valorada por sus fans, en mi opinión no es tan buena como Clerks. Básicamente es más de lo mismo pero sin la chispa de la primera, y quizá llevando los chistes soeces un poco más allá, lo cual para mí no es que sea un punto a su favor. Lo más destacable es la reaparición de los personajes Jay y Bob el Silencioso, que son de lo más divertidos, y que comienzan ya a marcar una continuidad en el cine de Smith que da la impresión, sin ser del todo así, que cada película es como un capítulo más de una tira de cómics. Y hablando de cómics, destacar el
cameo de
Stan Lee, el creador de los
4 Fantásticos,
Spider-Man,
Hulk o los
X-Men, entre otros personajes de Marvel. ¿Habrá algo más
freak?

Tras éste llega su tercera entrega:
Persiguiendo a Amy. Para mí sin duda su mejor película hasta la fecha. Continua con su estilo basado en los diálogos, en ésta algunos realmente geniales, y en sus personajes recurrentes. Pero Persiguiendo a Amy tiene algo más porque no es, del todo, ese tipo de cine gamberro marca de la casa, y aunque al principio pueda parecer una peli machista, en realidad es todo lo contrario, llegando a reflejar muy bien los prejuicios y la estupidez en en muchos casos nos caracteriza al género masculino. Por supuesto la película es divertidísima.
A partir de aquí la calidad de su cine comienza a caer en picado.
Dogma, su cuarta película, es una paranoia sin pies ni cabeza cuyo fin es hacer una parodia sobre la religión. Una vez más repiten actores y personajes con la incorporación de Matt Damon. Siguiendo en su línea lo cierto es que los chistes ya no tienen tanta gracia y la parodia religiosa es desde luego excesiva y ridícula. No me gustó.

A Dogma le sigue
Jay y Bob el Silencioso Contraatacan. El título hace clara referencia a la segunda parte de StarWars y lo dice todo. Más de lo mismo. Cine de "
caca, culo pedo, pis" y de gags no muy afortunados en su mayoría. La película se sostiene básicamente en auto-referencias a su propio cine y
cameos de los actores que han pasado por sus películas, además de otros de famosos del mundo friki como
Carrie Fisher y
Mark Hamill o los directores Wes Craven y Gus Van Sant. Para ser justos la película está entretenida y tiene sus momentos, pero es sólo para incondicionales, y en cualquier caso demuestra un agotamiento de ideas y de todo su estilo de cine en general.
Al parecer el hacer un film con Jay y Bob como personajes principales, además de hacer desfilar por la pantalla a casi todos los actores que habían pasado por todas sus películas anteriores, tenía como objetivo dar una especie de colofón a esa etapa de su cine para emprender otro camino. Prueba de ello es
Una Chica de Jersey, una comedia romántica bastante típica, con algún diálogo que recuerda al Kevin Smith de siempre, pero en general algo sosa y ñoña. Una vez más si algo tiene gracia son los
cameos de famosos: es lo que tiene ser un director con muchos
colegas. Eso sí, por primera vez no aparecen los mismos personajes (aunque sí repiten actores, como siempre) y la trama es totalmente independiente del resto de su filmografía anterior. Está claro que el director y guionista pretendía con esta película dar por fin un giro a su carrera. Da un poco la impresión de que, a pesar de ser un icono indi como director, siempre ha querido salirse de ese rol y entrar en una dinámica más comercial (véase su monólogo sobre cuando estuvo a punto de dirigir la nueva entrega de Superman).

Sin embargo Jersey Girl no era lo que se esperaba de Smith, y fue tanto un fracaso de crítica como de público. Y parece ser que esta caída en picado lo ha llevado a volver al redil, a hacer lo que mejor sabe: olvidarse de experimentos y rodar
Clerks II. Es decir, más de lo mismo otra vez. Vuelta a la más que trillada fórmula de siempre. Y, por su puesto, el regreso de todos los personajes de su cine, incluídos Jay y Bob de los que se dijo que, tras la película que lleva su nombre, no volverían a aparecer. Para mí, a priori, esto es señal de que este hombre ya ha dado de sí todo lo que es capaz de dar, y ahora se limita a exprimir la gallina de los huevos de oro mientras la pobre aguante, y a sacarse un sobresueldo dando conferencias, que si bien son graciosas, parece que es para lo que se va a quedar el que ha sido uno de los directores más transgresores de la pasada década.
Ahora bien, hay una luz al final del túnel. Y es que, a pesar de la mala impresión que me da el camino que lleva su cine, resulta que en la
premiere de Clerks II en
Cannes, Kevin Smith se ha llevado
una ovación de más de ocho minutos, que se dice pronto. Algo muy poco visto en este festival. Esto desde luego hace que me replantee mi opinión preconcebida de su última película: habrá que verla.